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Navidades presentes, pasadas y futuras: la evolución de los villancicos

Ya es Navidad, una época que implica reunirse con los seres queridos y festejar estos días que vienen de la mejor manera posible, siguiendo las costumbres típicas entre las que destacan el comer mucho y bien, hacerse regalos, quizás comprar lotería, y, cómo no, cantar villancicos.

El villancico es un elemento clave de la Navidad, pues siempre ha conseguido unir varias generaciones haciendo continuar este legado cultural del periodo invernal. Pero ¿de dónde surgen estas cancioncillas tan recurrentes? Lo veremos a continuación, pues lo cierto es que el villancico tiene mucha historia, tanta que nos tenemos que retrotraer a la etapa del Medievo.

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Figura 1. Cancionero de Navidad datado entre 1601 y 1700. Imagen procedente de la Biblioteca Nacional de España. Fuente.

Los primeros atisbos de este tipo de canciones emergen en el siglo XIII hundiendo sus raíces en las cantigas de los trovadores y, en lo que se refiere a la península, también en el zéjel propio de Al-Ándalus. Su forma se termina de definir en el siglo XVII, pues ya con anterioridad los villancicos habían comenzado a cobrar vida propia para erigirse como un género musical aparte y llegando a coexistir con los otros ya mencionados. 

La etimología latina de ‘villancico’ ya deja constancia de que se trataban de canciones mundanas entonadas por la gente de la villa (Sadurní, 2022) o pastoril (Rodríguez-Mateo, 1950). Los villancicos trataban de ser creaciones sencillas sin acompañamiento instrumental y basadas en la métrica del virelay: la métrica medieval predominante de Europa. El villancico promedio se basa en versos cortos, sobre todo octosílabos y rima asonantada, y su estribillo inicial es un dístico pareado y una o más coplas con un verso suelto que hace volver al estribillo (Valencia Zuluaga, 1998, pp. 628-630).

Lejos de lo que entendemos actualmente como una canción festiva de veneración, el villancico solía ser más bien de temática amorosa y asuntos cotidianos con los que la gente rural podía identificarse fácilmente y tarareaban por puro entretenimiento.

No es hasta el siglo XVI, con la Contrarreforma, cuando la Iglesia fija su atención en estas invenciones del folclore popular para recrear canciones acordes a la liturgia cristiana y así hacer del pueblo una comunidad más devota mediante versos fáciles de retener, al ritmo de una música liviana sin demasiada complicación. Se crearon cancioneros a partir de esta necesidad de que fueran aprendidos, como el de Upsala o el de Medinaceli, ambos de mediados de esta centuria.

Es de particular interés que para este objetivo el latín pasara a segundo plano y se dejase paso al uso de las lenguas vernáculas para su posterior entonación en contextos sacramentales, hecho sobre el cual surgieron posturas disconformes dentro de los organismos eclesiásticos (Moll, 1970, pp. 81-83). Sin ir más lejos, en 1596, Felipe II dictaminó no cantar más villancicos en su Capilla Real. Esta prohibición fue alabada por los detractores más acérrimos de los villancicos, sin embargo, no duró mucho pues se hallan testimonios que afirman haberse seguido interpretando estas canciones dedicadas a la Natividad en los años siguientes (Moll, 1970, pp. 86-94). Como antes se ha constatado, se puede figurar entonces que el villancico español fue ganando terreno a finales del Renacimiento y principios del siglo XVII.

Y es precisamente durante este espacio de tiempo cuando surgen los maestros de música más predominantes, a quienes les fue encargado el componer piezas para que inaugurasen el adviento cada año, normalmente estrenando un primer villancico en el día de la Inmaculada Concepción, prosiguiendo con los días señalados de Nochebuena, Navidad y Reyes. 

Entre los más encomiables de este Siglo de Oro destacan Miguel de Cervantes y Lope de Vega, que fueron los pioneros en asentar el villancico binario tradicional en pleno siglo XVI, y ya en el XVII sufriría esta serie de transformaciones citadas que se perpetuarían del todo con Manuel de León Merchante, Sor Juana Inés de la Cruz, Vicente Sánchez o José Pérez de Montoro, entre otros (Bègue, 2019, p. 27).

Durante el Barroco, entre mediados del siglo XVII y XVIII, el villancico consigue alcanzar mayor grado de sofisticación incluyendo escenas representadas de manera teatralizada (Sadurní, 2022), y en el binomio estribillo-copla se da una alternancia entre coros y solista (Valencia Zuluaga, 1998, pp. 629-630). Además, se podría decir que este fue el momento esencial en el que el villancico ya se discierne como una canción navideña de forma intrínseca.

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Figura 2. a) Casete de 1987 que incluye la Marimorena madrileña. Fuente: la autora. b) Disco de vinilo de villancicos andaluces de 1966 que incluye a célebres cantantes como Lola Flores o Manolo Escobar. Fuente.

La métrica del villancico se ve influida según los territorios que se tratasen y permanece en el tiempo bajo nuevas formas distintas e innumerables versiones. En específico, los villancicos españoles suelen tener rastro del zéjel del que se hablaba al principio. Así vemos los predominantes como ¡Ay, del chiquirritín!, Los peces en el río, Campana sobre campana con toda probabilidad de origen andaluz, así como Ya viene la vieja y Dime niño. De todos estos nombrados desconociéndose creadores y datas exactas.

De manera general, remontándonos a sus primeros vestigios en Europa, se atestigua en Inglaterra uno de los primeros villancicos: We wish you a Merry Christmas, compuesto sobre el siglo XVI y que llega hasta nuestros días.

Entre los siglos XVI-XVII en España, se crean los anónimos Fum Fum Fum y La Marimorena se da en 1702.

Tal como está registrado en libros sobre villancicos, como los de Rafael et al. (1879) y Husk (2014), en los siglos XVIII y XIX se crean otros muchos villancicos cuyos autores son normalmente conocidos, como el británico Joy To The World, por Isaac Watts en 1719. Más adelante se compondría en Obendorf, Austria, Stille Nacht, heilige Nacht o Noche de paz, por Joseph Mohr y Franz Xaver Gruber en 1818.

Asimismo por la Europa del Este, más concretamente en Ucrania, se compone en 1919 una de las canciones más reconocidas: Shchedryk de Mykola Leontovych, o en inglés conocida como Carol of the Bells. Paralelamente, en España, sobre estos años, se lanza el célebre Arre Borriquito por Ricardo Boronat y Diego San José de la Torre (1925-1930).

En Estados Unidos tienen un auténtico repertorio del que saldrían canciones con influencias de la Europa central o imbuidas por ritmos de jazz, así existen tales desde Jingle Bells de James Pierpont (1857), White Christmas de Irving Berlin (1942) o el Jingle Bell Rock de Bobby Helms (1957) hasta insistentes canciones coetáneas que se anuncian por doquier, como Rockin’ Around The Christmas Tree de Brenda Lee, lanzado hace 65 años (1958) (Zoladz, 2023), que ha llegado a destronar estas Navidades de 2023 como canción más escuchada al reconocido All I Want For Christmas Is You de Mariah Carey, distribuido este por primera vez en 1994.

En distintos países de América Central y del Sur una amalgama propia de villancicos que requieren de un estudio aparte por las distintas afluencias que se experimentaron, sobre todo de la península Ibérica, y los ejemplos más presentes podrían ser Feliz Navidad de José Feliciano (1970), de Puerto Rico, y El burrito sabanero de Hugo Blanco (1972), de Caracas, Venezuela.

Figura 3. a) Manuscrito iluminado sobre la Natividad de Jesús publicado en Londres, 1873. A pie de la escena un versículo del Evangelio de Lucas (2:11): «Unto you is born this day in the city of David a Saviour, which is Christ the Lord». Fuente. b) Belén de la Parroquia Espíritu Santo del barrio de Ventas, Madrid. Fuente: la autora.

El villancico como canto navideño supone una tradición que se materializa una y otra vez: parece fortalecerse a través de los siglos con nuevas versiones de los más clásicos, así como con composiciones contemporáneas que pueden presentar un carácter inédito, aun siguiendo la misma estructura musical propia que evoca cierta mezcolanza de tarareo nostálgico y calidez melódica. 

Como hemos visto, tienen su principio en las cántigas recogidas de la invención popular, que había sido repetida siglos atrás y estaban asimilados en la idiosincrasia medieval. En estos cánticos del pueblo llano, la Iglesia vio una oportunidad para acercar la religión a la gente de manera más práctica. A partir de entonces, las sociedades occidentales han seguido una estela de creaciones musicales que unifican un gran repertorio para estas fechas.

Los villancicos hacen de esta festividad la ilusión de los más pequeños para la alegría de los más mayores. Muchos de ellos traducidos en numerosos idiomas y otros tantos conocidos dentro del perímetro de su localidad, invitan a recogerse junto a la familia y nuestros más allegados. 

Es por ello por lo que, a propósito de este día, ¡desde ArqueoTimes os deseamos una feliz Navidad!

Bibliografía

Bègue, A. (2019). El villancico peninsular entre Barroco y Neoclasicismo (1665-1746). En E. Borrego & J. Marín López (Eds.), El villancico en la encrucijada: nuevas perspectivas en torno a un género literario-musical (siglos XVV-XIX) (pp. 25-57). Reichenberg.

Husk, W. H. (2014). Songs of the Nativity: being Christmas carols, ancient and modern. Cambridge University Press.

Moll, J. (1970). Los villancicos cantados en la Capilla Real a fines del siglo XVI y principios del siglo XVII. Anuario Musical: Revista de musicología del CSIC, 25, 81-96.

Rafael et al. (1879). Christmas in art and song: a collection of songs, carols and descriptive poems, relating to the festival of Christmas. Arundel Printing & Publishing Company.

Rodríguez-Mateo, J. (1950). El villancico español: breves notas desde su origen hasta nuestros días con nueve ilustraciones musicales. Archivo Hispalense.

Sadurní, J. M. (20 de diciembre de 2022). El origen de los villancicos, las canciones típicas de la Navidad. Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/origen-villancicos-alegres-canciones-navidad_15987

Valencia Zuluaga, J. N. (1998). Panorámica del villancico. Thesaurus: Boletín del instituto Caro y Cuervo, 53, 3, 628-642.Zoladz, L. (29 de noviembre de 2023). Brenda Lee, a Queen of Christmas and So Much More. The New York Times. https://www.nytimes.com/2023/11/29/arts/music/brenda-lee-christmas.html

1 comentario en “Navidades presentes, pasadas y futuras: la evolución de los villancicos”

  1. Es interesante enterarse de algo que no sabía que quería saber sobre los villancicos! “Burrito sabanero” quién no lo ha escuchado!! Me recuerda a mi niñez.

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