Victoria Eugenia Julia Ena de Battenberg, nació el 24 de octubre de 1887, en el castillo de Balmoral, en Aberdeenshire, Escocia. Fue hija del príncipe Enrique de Battenberg (1858-1896) y de la princesa Beatriz del Reino Unido (1857-1944), hija menor de la reina Victoria (1819-1901) (Noel, 1986, pp. 13-16). Se llamó Victoria en conmemoración de su abuela materna; Eugenia, en honor a su madrina, la emperatriz Eugenia de Montijo; Julia, en honor a su abuela paterna; y por último, Ena, un antiguo nombre celta escocés por el que era conocida por su familia. Conmemoraba el primer nacimiento de la realeza en Escocia desde el rey Carlos I en 1600 (Fisas, 1989, p. 240). Asimismo, fue el primer bebé nacido en Balmoral, siendo bautizada en este mismo castillo estando en brazos de la reina Victoria durante toda la ceremonia. Victoria Eugenia sería la segunda de cuatro hermanos: Alejandro (1886-1960), Leopoldo, (1889-1922), y Mauricio (1891-1914) (Noel, 1986, pp. 13-17).
Su nacimiento no fue fácil, describiéndolo la reina Victoria en su diario: «tras un tiempo terriblemente largo la criatura apareció para nuestra gran alegría y alivio, una niña grande y bonita, pero que casi había muerto al nacer» (Noel, 1986, p.15). Aquella noche se encendió una gran fogata en una de las cimas del paraje que rodea el castillo de Balmoral, Craig Gowan, en señal de triunfo por el feliz acontecimiento. La infancia de Victoria Eugenia transcurrió junto con sus hermanos, padres y su abuela, en una atmósfera permanente de una corte real, con ministros, cortesanos y funcionarios (Noel, 1986, pp. 15-19).

En 1905, Alfonso XIII de España (1886-1956) comenzó su viaje para buscar una esposa apta para ser la futura reina de España. Tenía veinte años, y en una ocasión diría: «Me casaré con una princesa que me guste y con nadie más. Quiero amar a mi mujer» (Noel, 1986, p. 55). El rey se había fijado en la joven princesa británica, Patricia de Connaught. Pero en su visita a Inglaterra su propuesta de matrimonio fue rechazada por dicha princesa. No obstante, sus afectos se trasladaron rápidamente a la prima de esta, Victoria Eugenia. En una comida ofrecida en Buckingham, se fijó en la bella joven, preguntando: «¿Quién es esa muchacha con el pelo casi blanco?». Victoria Eugenia creía que la había tomado por albina, y se ruborizó avergonzada (Gómez Santos, 1964, p. 39). El joven rey español se acercó a hablar con ella después de la comida. Tras su visita a Inglaterra comenzó a cortejar a la joven princesa Victoria Eugenia (Noel, 1986, pp. 58-67). Para la futura reina de España, el joven monarca le pareció: «muy delgado, muy meridional, muy alegre, muy encantador. No era apuesto entonces, aunque mejoró mucho en este sentido más adelante» (Noel, 1986, p. 68).
La boda se produjo el 31 de mayo de 1906, en la Iglesia de los Jerónimos, de Madrid. Los días previos a la boda se recibieron mensajes anónimos que amenazaban con atentar en la boda real (Gómez Santos, 1964, pp. 113-122). Las amenazas se cumplieron. Tras la ceremonia de boda, los coches y carruajes de la comitiva real se dirigieron hacia Palacio. A su paso por la calle Mayor 88, el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba dentro de un ramo de flores ocasionando más de cien heridos y veintitrés muertos (Noel, 1986, pp. 109-119).
Victoria Eugenia y Alfonso XIII tuvieron siete hijos: Alfonso, príncipe de Asturias (1907-1938); Jaime, duque de Segovia (1908-1975); Beatriz (1909-2002); Fernando (1910); María Cristina (1911-1996); Juan, conde de Barcelona (1913-1993), y Gonzalo (1914-1934). Alfonso XIII fue informado de la posibilidad de que su descendencia podría portar la enfermedad de la hemofilia, pero ignoró estas advertencias, puesto que aseguró que esa desgracia no aparecería en su familia. No fue así: Alfonso, príncipe de Asturias, y Gonzalo, sufrieron esta enfermedad. Por otro lado, Jaime nació sordo. Asimismo, la reina Victoria Eugenia sufrió en silencio las continuas infidelidades de su marido (Calderón Berrocal, 2013, pp. 127-130).


b) La reina de España, Victoria Eugenia, junto con sus seis hijos. Fuente. Licencia: Dominio Público.
La reina comenzó a enfocar su vida en ayudar y mejorar las condiciones de los enfermos y necesitados. El nivel de atención médica, en su mayoría, era muy bajo. Todavía peor el nivel de las enfermeras, quienes pertenecían a órdenes religiosas, con un enfoque arcaico en la medicina. La reina visitó los barrios más pobres de Madrid, creando e impulsando diversas organizaciones benéficas: una rama española de la Cruz Roja, una Liga contra el cáncer, otra contra la tuberculosis, el Instituto para la Reeducación de Inválidos y las casas cuna, entre muchas otras (Fisas, 1989, p. 251). La formación de la sociedad de la Cruz Roja en 1916, bajo la dirección personal de la reina, fue un hito, puesto que a partir de ese momento todo el sistema médico comenzaría a mejorar. El trabajo que la reina realizó durante la Primera Guerra Mundial con la Cruz Roja la ayudó a soportar la soledad y sensación de aislamiento que sufría en la corte española y en su matrimonio (Noel, 1986, pp. 172-177).

En 1931, tras años convulsos, la monarquía abandonaría España. Victoria Eugenia salió sola de España con cinco de sus hijos, debido a que Alfonso se había marchado solo (Noel, 1986, p. 249). Durante el exilio los reyes se separaron. A partir de 1948, Victoria Eugenia fija su residencia definitiva en el palacete Vieille Fontaine en Lausana (Suiza). Fue en esta residencia donde celebró la pedida de mano de su nieto Juan Carlos de Borbón con la princesa Sofía de Grecia. Volvería a España en 1968, tras treinta y siete años en el exilio, para ser madrina del bautizo de su bisnieto, el actual rey Felipe VI. En su vuelta a España la reina creyó que España la había olvidado exclamando: «Han pasado tantos años… ¡Seguro que ya nadie me recuerda!» (Calderón Berrocal, 2013, p. 166). Había sido admirada por su belleza, pero criticada por su frialdad (Fisas, 1989, p. 250). Sin embargo, España no se había olvidado de ella y fue recibida con gran entusiasmo (Calderón Berrocal, 2013, 166). En palabras de la propia Victoria Eugenia: «Yo hice cuanto pude y puse de mi parte todo para agradar a los españoles» (Obregón, p. 1969). Los recuerdos de la infanta Margarita sobre su abuela son inolvidables:
La adorábamos. Nos conocía a todos como la palma de su mano. A todos nos trataba igual. Prefería hablarnos en español y no en inglés… en ocasiones nos sentíamos más inclinados a abrirle a ella nuestros corazones que a nuestros padres… amaba nuestras visitas (Noel, 1986, p. 297).
Estar con sus catorce nietos fue el mayor interés de la vida de la reina desde la década de 1940. Esperaba que encontraran un futuro lleno de promesas, distinto a su desilusionante vida (Noel, 1986, pp. 298-299). En sus últimos años de vida la reina recordaba la muerte de sus hijos Alfonso y Gonzalo, exclamando: «Las cargas del Estado, la dificultad de vivir con el rey, cuyas faltas eran tan extremadas, no eran nada comparadas con mi dolor al perder dos hijos. El amor rara vez muere de golpe, especialmente el amor maternal» (Noel, 1986, p. 299).
El 15 de abril de 1969 falleció en Lausana. Su hijo Juan cubrió el cuerpo de su madre con el manto de la Virgen del Pilar, patrona de España. Fue embalsamada y enterrada con la bata azul que le había regalado su nieta, la infanta Pilar. Su cabeza estaba cubierta por una mantilla de encaje blanco (Noel, 1986, p. 330). Sus restos serían trasladados a España en 1985, donde descansan en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, junto con los de sus hijos y Alfonso XIII (Calderón Berrocal, 2013, pp. 160-171).
En conclusión, la joven princesa Victoria Eugenia de Battemberg se convirtió en reina de España por amor, con un reinado marcado por la tristeza de un matrimonio con un marido ausente y desleal, la rigidez dentro de la corte española y el fallecimiento de sus hijos. Dedicó su tiempo a la caridad y a su familia en el exilio, creyendo que sería una reina olvidada.
Bibliografía
Noel, G. (1986). Victoria Eugenia. Reina de España. Javier Vergara Editor.
Gómez Santos, M. (1964). La Reina Victoria Eugenia, de cerca. Afrodísio Aguado.
Calderón Berrocal, Mª del Carmen. (2013). Apuntes sobre Victoria Eugenia de Battemberg, reina de España. Tabularium, 1(10), 109-179.
Fisas, C. (1989). Historias de las reinas de España (casa de Borbón). Planeta.
Obregón, A. (19 de abril 1969). La reina Victoria en Portugal. ABC, https://www.march.es/es/coleccion/archivo-linz-transicion-espanola/ficha/reina-victoria-portugal–linz.R-49133



