La filosofía fue una disciplina del conocimiento que surgió en las costas de Asia Menor en torno al siglo VII a.C. Sin embargo, su desarrollo y formulación en la Antigüedad estaría vinculado por excelencia a la ciudad de Atenas. En este artículo por el Día Mundial de la Filosofía vamos a adentrarnos en la producción filosófica que se dio en Atenas, sirviendo de homenaje a toda la historia del pensamiento griego.
Los sofistas
Los sofistas constituyen la primera corriente filosófica surgida en Atenas en el siglo V a.C. En primer lugar, los sofistas se caracterizaron por ser maestros particulares a los que se les encargaba la educación de los hijos de los miembros de las élites de la polis ateniense. Esta formación consistía en el estudio de las obras de Homero o de Hesíodo, en las matemáticas, en la gimnasia, en la música y en la retórica junto con la exposición de las ideas en público para poder convencer. La importancia de esta última facultad está estrechamente vinculada con la popularidad de los sofistas debido al sistema democrático existente en Atenas que se basaba en el dominio de la oratoria para defender las ideas políticas en la asamblea pública de los ciudadanos para así poder ocupar los altos puestos del gobierno de la ciudad. Respecto a los planteamientos intelectuales de los sofistas podemos destacar las siguientes ideas:
1. El relegar el estudio de la naturaleza y de los fenómenos naturales para centrarse en los asuntos de la ciudad.
2. El escepticismo, es decir, niegan la posibilidad de alcanzar la Verdad o un saber certero de las cosas.
3. El desarrollo de la dialéctica como método de exposición de sus ideas y de conocimiento.
4. El relativismo moral que considera cualquier ley o juicio moral como el resultado de las convicciones humanas de una sociedad concreta.
Pese a ser considerados como sabios, gran parte de estos sofistas eran mal vistos por los sectores más conservadores atenienses al enjuiciarlos como perversores de la juventud, ya que introdujeron distintas ideas que cuestionaban las tradiciones religiosas y las instituciones políticas de su tiempo.
Entre estos pensadores sofistas podemos destacar las siguientes figuras: por un lado, estaría Protágoras de Abdera (485-415 a.C.): este pensador que desarrolló su actividad en Atenas se caracterizó por defender la idea de que «el hombre es la medida de todas las cosas tanto de las que son como de las que no» (Blázquez, López Melero y Sayas, 1989, pp. 684-685), el escepticismo y su agnosticismo frente a la existencia de los dioses también le sería encomendada la educación de los hijos del famoso político ateniense Pericles (495-429 a.C.); Gorgias de Leontinos (460-380 a.C.), por otra parte,destacó por su habilidad retórica siendo reconocida posteriormente en un diálogo de Platón de nombre Gorgias; y para finalizar tendríamos a Hipias de Élide (443-400 a.C.) que sobresaldrá en el campo de la geometría y al que Platón le dedicaría otro diálogo con su nombre.
Sócrates
Dentro de este ambiente del apogeo cultural y político de la Atenas del siglo V a.C. la figura que destacaría y marcaría un antes y después en la historia de la filosofía fue Sócrates (469- 399 a.C.) ya que iniciaría el denominado giro antropológico en el campo de la Filosofía, al empezar esta a centrarse o dar una gran importancia a los asuntos de los seres humanos como las cuestiones éticas. Sócrates sería originario del demos ateniense de Alopece, se sabe que participó como soldado ateniense en las campañas de Potidea (432-429 a.C.), de Delio (424 a.C.) y Anfípolis (422 a.C.). También se conoce que participó en la vida política de la Atenas de su tiempo ejerciendo el cargo de pritano en el proceso de condena a muerte contra los generales atenienses vencedores de la batalla de Arginusas (406 a.C.). Respecto a su doctrina filosófica, se destaca en primer lugar por buscar guiar a los interlocutores con los que mantenía una conversación a alcanzar el conocimiento por ellos mismos mediante el uso de técnicas dialécticas como la aporía y la mayéutica. Se centrará en el estudio del hombre, el considerar la importancia de la educación para la formación de buenos ciudadanos, la importancia del cultivo de la virtud y el control de uno mismo y por último, la responsabilidad moral de las acciones ante la divinidad a la que denomina como Daimon. Por su crítica a la corrupción y degeneración del sistema democrático ateniense y siendo considerado un peligro para las costumbres de la ciudad sería condenado a muerte en el 399 a.C., convirtiéndose Sócrates en el mayor exponente de la incertidumbre intelectual y de las nuevas ideas de la Atenas de ese momento (Gómez Espelosín, 2014, p. 344).
Platón
Platón (428-337 a.C.) fue discípulo de Sócrates, y recogió todo el pensamiento de su mentor a lo largo de sus obras. Estaría muy influenciado por las ideas de su maestro que le ayudarían a crear su propio pensamiento filosófico que abarcaría distintos campos del conocimiento como la ética, la epistemología o la política. Redactaría distintas obras como los Diálogos o las Leyes, pero su obra más importante fue la República, en donde su preocupación principal fue la conformación del Estado ideal, que ocupa un espacio central (Jaegger, 2001, p. 243)
Platón fundaría su propia institución educativa en Atenas conocida como la Academia (387 a.C.), donde formaría en su pensamiento a la juventud ateniense y adquiere un gran prestigio que haría que se mantuviera abierta durante siglos.
Aristóteles
Aristóteles (384-322 a.C.) fue alumno de Platón y, al ser macedonio de origen, en el año 342 a.C. se le encargaría la educación del futuro Alejandro Magno y en el 336 a.C. fundaría en Atenas su propia escuela llamada Liceo. Aristóteles tendría una gran producción literaria y abarcaría una gran cantidad de disciplinas. Se le considera el fundador de la ciencia experimental y el iniciador de la separación de las distintas disciplinas del saber aunadas con anterioridad en la Filosofía además de ser considerado el último gran exponente del pensamiento clásico teniendo una gran influencia posterior sobre todo en la escolástica medieval.
Helenismo y declive cultural de Atenas
«Atenas siguió siendo la ciudad de los filósofos… solo que ahora la filosofía , privada de tantas áreas de conocimientos tenía que buscar su verdadero objetivo y sus métodos propios. lo que hizo dividiéndose en escuelas» (López Melero,1989, pp.64).
En este periodo destacaron distintas escuelas filosóficas, como la cínica, que se caracterizó por romper con las convicciones sociales del momento teniendo como máximo representante la figura de Diógenes de Sinope. También se encontraría la escuela estoica basada en el cultivo de las virtudes, el panteísmo y la creencia en el Logos que rige la Naturaleza, su fundador fue Zenón de Citio que fundaría en Atenas la institución conocida como la Stoa en la cual impartía su doctrina y al mismo tiempo como escuela antagónica surge el epicureísmo, que defendía ideas materialistas, atomistas y hedonistas, cuyo fundador fue Epicuro de Samos, quien crearía en la misma ciudad la escuela conocida como el Jardín (usando su jardín como escuela).
Conforme avanzó el tiempo, el declive cultural de Atenas por parte de otras ciudades de la Antigüedad se agravó tras la conquista romana en el siglo III a.C. Pero el evento que propiciaría el fin de la producción filosófica en Atenas fue la clausura de la Academia Platónica en el 529 d.C. por Justiniano ya que las doctrinas neoplatónicas que se enseñaban suponían una amenaza para su proyecto político (Zamora, 2003, p. 186).
Conclusión
En este artículo se ha observado la estrecha vinculación que tuvo el desarrollo de la actividad filosófica con el esplendor cultural de la ciudad de Atenas. También se ha visto que en la ciudad de Atenas florecieron distintas corrientes que contribuyeron a impulsar el ambiente intelectual de esta polis griega que se convirtió en el faro de la cultura occidental.
Este tema en este artículo ha sido expuesto de forma breve quedando abierto para una mayor ampliación en futuras publicaciones.
Bibliografía
Blázquez, J.; López Melero R. y Sayas, J. J. (1989). Historia de la Antigua Grecia. Cátedra.
Gómez Espelosín, F. J. (2014). Introducción a la Grecia Antigua. Alianza.
Jaegger, W. (2001). Paideia: Los ideales de la cultura griega. Libro tercero: en busca del centro divino. Fondo de Cultura Económica.
López Melero, R. (1996). Filipo, Alejandro y el mundo helenístico. Arco Libros.
Zamora, J. M. (2003). Damascio y el cierre de la escuela neoplatónica de Atenas. Revista Española de Filosofía Medieval, 10, 173-187.