La Leyenda Negra Española ha marcado la forma de hacer una determinada historia y la percepción de un pasado sesgado. Atributos tales como intolerantes, depravados, crueles, inquisitoriales, sanguinarios, cobardes… han definido la figura del hispano, perviviendo en el imaginario colectivo. Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Qué es la Leyenda Negra? En esta breve síntesis, expondremos estos puntos.
¿Qué es la Leyenda Negra Española?
Siguiendo la definición de Juderías: «[…] entendemos por leyenda negra, la leyenda de la España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos, lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso y de las innovaciones […] empezando a difundir en el siglo XVI, a raíz de la Reforma […]» (Molina, 1991, p. 24). A través de una aparente objetividad, crea una imagen distorsionada del pasado provocando la formación de un determinado pensamiento, en este caso, sobre la historia de España. Según ella, los españoles encarnaban el mal y la brutalidad, una característica propia del carácter hispano (Mira, 2016).
La Leyenda se sustenta en una serie de afirmaciones propuestas para dar validez a un discurso propagandístico. Sáenz del Castillo distingue tres elementos claves: la mala administración española, la opresión que padecen sus súbditos y el atraso cultural e intelectual de los españoles. Todo aquel sirviente a la Corona Hispánica es víctima de la injusticia e ignorancia de ésta, provocada por la opresión política y religiosa (Sáenz del Castillo, 2005, p. 5).
Esta visión negativa del dominio español se sustenta en una serie de hechos que le da el carácter verídico a la Leyenda Negra, como fueron: la conquista del Nuevo Mundo (por la imposición de la autoridad a la fuerza), la potestad sobre las tierras de los Austria por gran parte de Europa (p. ej. la rebelión flamenca), los conflictos internos peninsulares (tales como la Guerra de las Comunidades de Castilla, la expulsión de los judíos, etc.), la existencia de la Inquisición (como herramienta de control) y la política de Felipe II, entre otros (Sáenz del Castillo, 2005, pp. 6-7).
Esta serie de acontecimientos, según la Leyenda Negra, se debe a los propios españoles, considerados europeos inferiores por su carácter y cultura. Esta idea se asocia al mestizaje judío y musulmán. Un pueblo que usa el catolicismo, no como una religión, sino como un elemento para uso despótico.
¿Por qué surge la Leyenda Negra?
La Leyenda Negra surge debido a la lucha por la hegemonía durante la Edad Moderna, como instrumento propagandístico contra la primera potencia del momento; coincidiendo, pues, en el contexto de ruptura espiritual de la Iglesia Católica que conlleva la ruptura cultural (Sáenz del Castillo, 2005, p. 4).
La Leyenda Negra posee dos vertientes: la europea y la americana, desarrolladas independientemente pero de manera contemporánea la una de la otra y con gran vinculación entre ambas para dar una mayor credibilidad (Molina, 1997).
En el caso de la europea, las primeras aversiones comienzan en el siglo XIV cuando el dominio de Aragón está presente en los territorios italianos. Tras la alianza matrimonial entre Aragón y Castilla y la toma de protagonismo en el panorama europeo, el conflicto italiano se extenderá a Francia, continuando con Carlos I. Episodios como el saqueo de Roma (1527) avivaron estos sentimientos, incrementados por toda la literatura italiana. Posteriormente, con Felipe II, las descalificaciones irán en aumento, destacando la figura de Guillermo de Orange quien consiguió el apoyo de gran parte de Europa y la lucha de Los Tercios (Figura 1). Escritos como Apología del muy ilustre Príncipe Guillermo, de Pierre Loyseleur de Villiers en 1580, Relaciones y cartas de Antonio Peréz y Antiespañol, obra del francés Arnauld, contribuyeron a alimentar la Leyenda. Otros que abrazaron la causa fueron judíos y protestantes españoles («víctimas de la injusticia hispana») (Juderías, 1997, pp. 226-230; Molina, 1997, pp. 14-17).
En esta primera etapa, la Leyenda en Europa se centra en una serie de cambios por los que pasaba la Monarquía Hispánica: la pugna de la hegemonía europea (la monarquía universal Habsburgo predominaba sobre otras naciones) y la ruptura católica (con la Reforma Luterana y la extensión del protestantismo con gran arraigo en Países Bajos, Alemania e Inglaterra, quienes encontrarán a España como el principal defensor católico) (Mira, 2016).
Respecto a la vertiente americana, la expansión transoceánica de los peninsulares trajo la disputa de las restantes potencias europeas por estos territorios de manera física y teórica. En este episodio, tiene un gran peso la Brevísima Relación de la Destrucción de la Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, primera obra española que trataba en su totalidad sobre la «maldad española en el Nuevo Mundo» (Molina, 1997, pp. 21-22). Más adelante desarrollaremos este asunto.
En el siglo XVIII, la Leyenda se centra en el aspecto religioso y del propio carácter de los españoles, dejando a un lado el aspecto nacional. El aspecto religioso cambia de ser una disputa entre católicos-protestantes, a religiosos-seculares. Francia toma el papel de protagonista antiespañola (relevando a Holanda e Inglaterra). La Monarquía Hispánica como monarquía católica frente al Despotismo Ilustrado y el Liberalismo Económico. Destaca la Carta LXXVIII de las Cartas Persas de Montesquie, Ensayo Acerca de las Costumbres y el Espíritu de las Naciones de Voltaire (Molina, 1997).
Respecto al carácter del español, se realiza una búsqueda «científica» de por qué son así, culpando al mestizaje con los pueblos americanos, frente a la pureza blanca europea nórdica. Este pensamiento irá tomando más forma en las mentes criollas que desarrollan posteriormente los movimientos independentistas americanos. Este proceso utilizó la Leyenda para «desespañolizarse», justificando así el atraso americano y la creación de nuevos estados. A través del uso de los llamados «catecismos políticos y de la independencia», se pretendía rechazar la herencia española. Esto continuará en el siglo XX con los movimientos indigenistas e indianistas (Juderías, 1997; y Molina, 1997).
En el siglo XX, este racionalismo ilustrado seguirá justificando el atraso cultural de España. No va a ser hasta el siglo XX cuando la historia se separe de la política y el doctrinarismo usando un método riguroso de investigación, dejando en un segundo plano la interpretación. Así, comienza una nueva etapa de revisionismo de la historia de España y América, sobre todo en el aspecto racional.
En la segunda parte de este artículo, trataremos la cuestión americana, centrándonos en la relevancia del papel de Las Casas, así como la llamada Leyenda Rosa Española.
Conclusiones
La rivalidad política, religiosa y económica en la Europa del Renacimiento creó condiciones favorables para un ataque a la supremacía imperial española. La Leyenda Negra se convirtió en un medio para fomentar una opinión desacreditadora y como arma en una batalla entre dos bandos, el católico o el protestante, el creyente o el secular, el español o el indigenista. A pesar de que, desde el ámbito académico se defiende que la Leyenda ha desaparecido, Ricardo García Cárcel y Richard L. Kagan argumentan que, en la sociedad, continua esta «imperiofobia» llena de prejuicios. Es ahí donde el historiador debe preguntarse ¿qué papel tenemos los historiadores ante esto? Ayudar a la corrección de errores históricos que la población sigue manteniendo para construir un retrato del pasado lo más preciso posible con las fuentes textuales y materiales; o solo dar a la población las herramientas y dejarlos a su suerte.
Bibliografía
Juderías, J. (1997). La Leyenda Negra. Estudios del concepto de España en el extranjero. Junta de Castilla y León.
Mira Caballos, E. (2016). La Leyenda Negra. Mito y Realidad de la Conquista de América. El Hinojal. Revista de Estudios del MUVI, 12, 94 -101.
Molina Martínez, M. (1991). La Leyenda Negra. Nerea. Sáenz del Castillo y Caballero, J. (2005). La Leyenda Negra Hispanoamericana. Arbil . http://revista-arbil.es/90leye.htm
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