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El mito de los quesos vikingos en Al-Ándalus. Un alimento envuelto en la polémica…

El queso, uno de los alimentos que más consumimos a día de hoy, tuvo un papel destacado en las dietas de la Europa medieval. Hoy, nos adentraremos en la historia del queso en la Península Ibérica de la mano de los vikingos.

Para entender la supuesta producción de queso vikingo en las tierras de Al-Ándalus, primero tenemos que saber cómo llegaron los supuestos productores. Bien es sabido que, en el año 844, los hombres del norte arribaron por primera vez al territorio ibérico y lo hicieron en las cercanías de Gijón. Expulsados del norte y tras pasar por Lisboa, llegaron a Sevilla, lugar que destruyeron y saquearon durante siete días. El emir Abderramán II combatió contra los vikingos en la Batalla de Tablada (844), obteniendo una gran victoria que libraría a Al-Ándalus del terror nórdico (Romero, 2004).

Figura 1: Mapa sobre la ruta del ataque vikingo del año 844. Elaboración propia.

Si los vikingos llegaron en el año 844 con la intención de obtener riquezas, es normal que en este punto te preguntes cómo acabaron realizando quesos. La respuesta la tenemos en los resultados de la Batalla de Tablada, que enfrentó a musulmanes y paganos a dos millas de Sevilla. Al finalizar la misma, los musulmanes permitieron que algunos vikingos convertidos al Islam pudieran asentarse en Al-Ándalus y fueron esos mismos, los que se dedicaron a la producción del queso según escribió Lévi-Provençal en su Histoire de l’Espagne musulmane, una obra importante para el conocimiento de los vikingos en la península ibérica (Aguadé, 1986). Todo indica que no fue una gran cantidad de personas escandinavas y que con el paso del tiempo, la tradición se fue perdiendo, pues no nos han quedado noticias de esos quesos vikingos (Romero, 2004).

Aunque Lévi-Provençal afirmara que los vikingos se dedicaron a la industria quesera, a muchos historiadores les sorprende que una sociedad guerrera y navegante pudiera dedicarse a fabricar quesos. Esto, sumado a que no se ha encontrado rastro de la misma noticia en otras fuentes hispano-musulmanas, ha dado lugar a que se ponga sobre la mesa una posible equivocación del historiador francés. Estudios posteriores de Aguadé, Cook o Farrugia han demostrado que Lévi-Provençal cometió un error con la palabra «majūs», utilizada por los árabes no solo para referirse a los vikingos, sino también para hablar de los zoroastrianos de Oriente. De estos últimos hablaba el cronista Ibn Habib cuando equivocadamente, Lévi-Provençal los identificó como aquellos vikingos que irrumpieron en Sevilla durante el año 844 (Aguadé, 1986).

Antes de que los trabajos de los historiadores citados vieran la luz, el mito de la fabricación de queso por parte de los vikingos en la península ibérica corrió como la pólvora, dando lugar a que muchas obras que encontramos a día de hoy aún mencionen este acontecimiento. De hecho, en la actualidad, algunas empresas queseras de Sevilla reconocen como verídico ese legado vikingo y hacen un esfuerzo por emular el queso nórdico.

Fuera de dudas está la calidad del queso por parte de los escandinavos medievales y su importancia en la dieta de las personas como alimento secundario, por detrás del pescado y la carne. Los vikingos tuvieron que orientar su dieta a los recursos naturales que Escandinavia les proporcionaba. La leche de vacas, cabras y ovejas permitió la fabricación del queso. Frente a las llamas, los vikingos consumían una cocina variada donde el skyr, tenía un gran peso. Era un producto lácteo de muy buen sabor, parecido al yogur espeso que se consume a diario en Islandia, agrio aunque con un palpable regusto dulce (Price, 2020).

Figura 2: Skyr en un cuenco. Fuente.

Las embarcaciones fueron el motor principal para la expansión vikinga, con los que podían comerciar quesos, pero también atacar, explorar o pescar. Desde el siglo IX, la diáspora vikinga incluyó violencia, pero bajo la misma también discurría el comercio o interacciones pacíficas. El barco mercantil que pudo haber transportado estos quesos por los océanos y mares fue el knörr, utilizado para las colonizaciones de Islandia y Groenlandia (Somerville, A. y McDonald, R., 2013).

Figura 3: Réplica de un knörr. Fuente.

Los vikingos nunca se establecieron para producir queso y ganarse la vida, diferente es que organizaran bases en Cádiz o Isla Menor de manera ocasional, con el fin de preparar sus incursiones. Sin embargo, la llegada de los vikingos en el año 844 trajo consigo otras consecuencias, como fueron la reconstrucción de las murallas en Sevilla o el levantamiento de torres defensivas. La venta de queso de la que habla Lévi-Provençal sí que fue habitual en Escandinavia, donde vendedores ambulantes comerciaban con este alimento. Este mercado local se extendió mediante centros comerciales como Birka y Haithabu (Jankuhn, 1982).

Bibliografía

Aguadé, J. (1986). ¿Hubo quesos normandos en al-Andalus? Nota a un pasaje de la Histoire de l’Espagne musulmane de E. Lévi-Provençal. Al-Qantara7(1), 471.

Romero, E. M. (2004). Historia de los vikingos en España: ataques e incursiones contra los reinos cristianos y musulmanes de la Península Ibérica en los siglos IX-XI. Madrid: Miraguano.

Farrugia, K. (2020). Viking Magians in Arabic Sources from al-Andalus (Doctoral dissertation, University of Oslo).

Cook, M. (1984). Magian cheese: an archaic problem in Islamic law. Bulletin of the School of Oriental and African studies47(3), 449-467.

Jankuhn, H. (1982). Trade and Settlement in Central and Northern Europe up to and during the Viking Period. The Journal of the Royal Society of Antiquaries of Ireland112, 18–50.

Price, N. (2020). Vikingos: la historia definitiva de los pueblos del norte. Barcelona: Ático de los libros.

Somerville, A. y McDonald, A. (2013). The Vikings and Their Age (2ª ed.). Toronto: University of Toronto Press.

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