En la España del siglo XVIII, bajo el reinado de los Borbones, la moda se convirtió en un poderoso medio de expresión que trascendía las fronteras sociales y geográficas. Desde las altas esferas de la corte real hasta los rincones más remotos del país, la vestimenta no solo refleja el gusto personal, sino que también comunica el estatus, el poder y el refinamiento de la corte del momento.
La llegada de los Borbones al trono español, bajo el reinado de Felipe V, marcó el inicio del primer conflicto dinástico del siglo XVIII en Europa. La interpretación del reinado y la figura del primer monarca borbónico ha sido a menudo analizada a través del prisma de esta crisis dinástica, así como, por sus repercusiones. Tanto aquellos que apoyaron fervientemente a la nueva dinastía en su momento como aquellos que se vieron perjudicados por la desaparición de los Austrias han contribuido a moldear nuestra percepción de este período en la historia española (García Cárcel, R., & León Sanz, V., 2002, p. 41).
Durante el reinado de Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio, la relación entre la moda francesa y la española alcanzó su apogeo, siendo un reflejo vívido de los estrechos lazos políticos y culturales entre ambas naciones.
Las tendencias de la corte de Versalles actuaban como un faro de elegancia y distinción en toda Europa. Estos estilos codiciados no sólo marcaban el refinamiento y la sofisticación, sino que también se entrelazaron con la opulenta cultura barroca de la Contrarreforma, fusionándose con el incipiente mundo moderno. Las creaciones que emergen de Versalles no sólo definían la moda de la época, sino que también actuaban como un puente entre tradiciones pasadas y el devenir de la moda contemporánea (Velasco Molpeceres, 2021, p. 112).
Para comprender la moda que predominaba en la corte española del siglo XVIII, es esencial dirigir nuestra atención hacia los retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio, que se encuentran en la prestigiosa Galería de las Colecciones Reales.
A través de la observación detallada de los trajes exquisitamente confeccionados, los adornos elaborados y los accesorios lujosos que representan a los monarcas, podemos conocer cuáles fueron los códigos de vestimenta, las tendencias de moda y los símbolos de estatus que caracterizaban a la alta sociedad en el siglo XVIII.
En el retrato ecuestre de Felipe V, realizado por el pintor Louis-Michel van Loo en 1737, podemos ver al monarca representado fuera de los salones de palacio sobre un caballo blanco que se encuentra en posición de «corveta» y al aire libre. Un detalle importante que debemos mencionar es que Felipe V salió victorioso de las guerras italianas en las que conquistó los territorios de Nápoles y Sicilia, por ello, a su derecha, encontramos la representación de la Fama, la cuál le está imponiendo la corona de laurel, símbolo de las victorias llevadas acaecidas en 1736 en la península itálica.
Centrándonos en la vestimenta que porta el monarca en este retrato, debemos mencionar que la silueta de la vestimenta masculina del siglo XVIII era más esbelta y ajustada a la figura (Hart & North, 1998, p. 74). Por ello destacamos la «armadura» completa inspirada en la «armadura de ondas o nubes» que portaba el monarca Felipe II. Con respecto al torso, Felipe V porta una banda de color azul de la Orden Caballeresca Francesa del Saint Espirit, así como, en su cintura lleva ceñida la «faja de general» de color rojo vivo. Es interesante cómo el pintor, con una magistral delicadeza, representa la caída de la banda captando así el movimiento de su vuelo a través del viento. Por último, a juego con el color de la banda, debemos hacer referencia a algunas de las plumas que aparecen en el «morrión» sobre la cabeza del monarca.
Durante la segunda etapa del reinado de Felipe V, la reina desempeñó un papel preponderante, asumiendo la responsabilidad de gobernar mientras se adaptaba siempre a las disposiciones del monarca. Isabel de Farnesio ejercía una influencia significativa en la dirección del país, trabajando en estrecha colaboración con el rey para asegurar la estabilidad y el progreso de la nación (Lavalle-Cobo, 2002, p. 96).
Como pareja del retrato ecuestre de Felipe V, debemos mencionar el retrato de Isabel de Farnesio realizado por Louis-Michel van Loo en el año 1737.
Como preámbulo, es interesante destacar cómo la reina en lugar de representarse de manera ecuestre como su marido, decidió representarse en los salones de palacio para así acentuar su representación como soberana.
Podemos observar que la reina se encuentra en una suntuosa estancia del palacio, erguida ante el trono y junto a la corona real. Esta representación emana del pintor Jean-baptiste van Loo, padre de Louis-Michel van Loo, tomando como referencia el Retrato de Marie Leszczynska.
En esta pintura, Isabel Farnesio se encuentra ataviada con un deslumbrante traje de corte, destacando el «tontillo» elaborado en seda labrada con hilos de plata sobredorada y una gama de colores vivos, embellecido con grandes flores. Las texturas de los tejidos se convirtieron en el lienzo sobre el cual se desplegaba una paleta diversa y vibrante de colores durante el siglo XVIII. Los tonos rosas, azules, verdes y amarillos mates propios del delicado universo del rococó, se fusionaron con otros matices que surgían y se desvanecían bajo la influencia caprichosa de los cambiantes gustos de la época (Plaza Orellana, 2009, p. 36). Sobre su pecho, resalta un «brocamantón» de pedrería y perlas, en contraste con el «pièce d’estomac» de piel de armiños.
Por otro lado, su cabello y orejas están adornadas con bellas joyas, mientras que en su muñeca lleva una «miniatura-retrato» de su esposo, añadiendo un toque personal y sentimental a su atuendo regio creando así una imagen de poder y esplendor digna de la soberanía que representa.
Mediante la representación cuidadosa de la vestimenta en estos retratos, podemos observar que se perpetúa la imagen de Felipe V e Isabel de Farnesio como figuras de elegancia y poder en la historia española. En conclusión, estos retratos no sólo capturan la esencia de la moda de la época, sino que también funcionan como símbolos de la grandeza y la autoridad de la monarquía borbónica en España.
Bibliografía
Galería de las Colecciones Reales. (11 de febrero de 2024). Retrato de Felipe V a caballo. https://www.galeriadelascoleccionesreales.es/obra-de-arte/retrato-de-felipe-v-a-caballo/86cf9118-237a-4a61-92b5-c20cd28b4b72
Galería de las Colecciones Reales. (11 de febrero de 2024). Retrato de Isabel de Farnesio. https://www.galeriadelascoleccionesreales.es/obra-de-arte/retrato-de-isabel-farnesio/7c12f94e-336b-4519-be5d-2d0ac187ac4f
García Cárcel, R., & León Sanz, V. (2002). Historia de España siglo XVIII : la España de los Borbones. Cátedra.
Hart, A., & North, S. (2009). La moda de los siglos XVII-XVIII en detalle. Gustavo Gili.
Lavalle-Cobo, T. (2002). Isabel de Farnesio : la reina coleccionista. Fundación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico.
Plaza Orellana, R. (2009). Historia de la moda en España : el vestido femenino entre 1750 y 1850. Almuzara.
Sivianes Cosme, M. (2024). Moda en la pintura: Indumentaria real en la Galería de las Colecciones Reales (Parte I). ArqueoTimes, 8, 8-11.
Velasco Molpeceres, A. M. (2021). Historia de la moda en España : de la mantilla al bikini. Los Libros de la Catarata.