ArqueoTimes.es

La tauromaquia en el contexto de la Ilustración

La corrida de toros moderna y practicada en la sociedad urbana tiene su origen en España durante el siglo XVIII (Romero, 1995, p. 149). A lo largo del primer cuarto de este siglo, las corridas de toros no eran una actividad reconocida por su entretenimiento a un público muy amplio. El motivo por el que este pasatiempo tenía escaso encanto para el pueblo español estaría relacionado con el contexto de la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) que afectó en el ánimo de la sociedad, y al reducido interés que pareció tener Felipe V (1683-1746) por esta práctica. Junto con la falta de interés del rey, se sumaría el de su entorno en la corte. Entre la muerte de Felipe V en 1746 y la subida al trono de Carlos III (1716-1788), si bien cambió la organización de eventos, lo cierto es que la festividad taurina siguió sin contar con un amplio público. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, comienzan a edificarse plazas de toros estables en diversas ciudades españolas entre las que pueden destacarse las de Madrid, Zaragoza, Cádiz, Sevilla y Aranjuez (Martínez-Novillo, 1992, p. 20). 

Figura 1. Francisco de Goya, Corrida en la plaza, (ca. 1810-1812, Nueva York, The Met). Fuente. Licencia: Dominio Público.

De las corridas de toros de esta época existe un testimonio excepcional en la Carta histórica sobre el origen y progresos de las fiestas de toros en España (1776) de Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780). Aquí, Moratín explica cómo a la capital de España llegaron cuadrillas de navarros y andaluces, entre los cuales destacaron Juan Romero, Pedro Romero y Joaquín Rodríguez (Martínez-Novillo, 1992, p. 20).

Pero esta época fue también la de la proliferación de Sociedades Económicas de Amigos del País, el auge de las reuniones de ilustrados y las tertulias donde la élite intelectual se reunía para comentar los aspectos y temas de mayor enjundia que tenían lugar entonces en España, como fue la fiesta de los toros (De Vargas, 1961, p. 138). En estos momentos, también se publicaron obras en relación con la tauromaquia. Un ejemplo sería el caso del escrito Pan y toros (Pan y toros: oración apologética que en defensa del estado floreciente de España, en el reinado de Carlos IV dijo en la plaza de toros de Madrid D. Gaspar M. de Jovellanos, 1812). Fue una composición muy difundida, e impresa en 1796, que se atribuyó a Jovellanos, donde se criticaban negativamente las corridas de toros. 

Al igual que en la sociedad actual, la fiesta de los toros en el contexto de la Ilustración fue una cuestión polémica y propensa a ser objeto de debate. Fueron partícipes de este debate muchos intelectuales españoles y viajeros extranjeros. Por un lado, la oposición al toreo mantenía que las corridas de toros eran «sangrientas, antieconómicas para la ganadería y la agricultura, impropias de un país civilizado y contraproducentes para la ilustración del pueblo» (Martínez-Novillo, 1992, p. 20). Entre aquellos pensadores que defendían la condena del espectáculo se encontraban Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y José de Vargas Ponce (1760-1821).  

De Gaspar Melchor de Jovellanos sobre este aspecto cabría señalar su trabajo titulado Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España, escrito en 1786. Este informe influenció a José de Vargas Ponce, natural de Cádiz, cuando escribió en 1807 Disertación sobre las corridas de toros (De Vargas, 1961). Se trata de un escrito antitaurino donde su autor refleja aquel pensamiento negativo que tenía contra las corridas de toros, a través de un estudio que abarca la actividad taurina desde época Antigua hasta la Ilustración, siempre desde un punto de vista occidental, y del cual se deduce que Cádiz, la «Tacita de Plata», tenía una gran pasión por los toros, algo que también compartía con Madrid (De Vargas, 1961, p. XVI). 

En vida, Jovellanos se mostró crítico con esta actividad, pues consideraba que se trataba de un divertimento propio de bárbaros y gente inculta, que no compartía su moralidad. Estas ideas se recopilaron, por ejemplo, en su Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España (1796). 

Por otro lado, Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780) fue un ejemplo de pensador con una postura favorable a la fiesta de los toros. Él participó en el panorama ilustrado de la España del momento como en La Tertulia de la Fonda de San Sebastián o la Sociedad de Amigos del País de Madrid. Su interés por el toreo se puede ver en las obras de Nicolás Fernández de Moratín entre las que se encuentran los poemas Oda a Pedro Romero o A Pedro Romero, Torero InsigneFiesta de toros en Madrid o el escrito en prosa titulado Carta histórica sobre el origen y progresos de las fiestas de toros en España (Martínez-Novillo, 1990, p. 30). 

Más allá de las fuentes escritas, también puede revisarse la producción de obras plásticas del momento. En 1778 fueron publicados dos retratos de Pedro Romero y Joaquín Rodríguez apodado Costillares, dentro de la Colección de trajes de España de Juan de la Cruz (1734-1790) a modo de estampas. Posteriormente, en 1785 se enmarcaría la estampa del embajador de Federico de Prusia en Madrid, David Alphonse de Sandoz-Rollin (1740-1809) titulada Este fue el quinto caballo, que el toro derribó, y mató. También puede señalarse la Colección de las principales suertes de una corrida de toros (ca. 1790), cuyo autor fue Antonio Carnicero (1748-1814). El objetivo de Carnicero fue fijar unas normas y codificar la suerte de torear (Martínez-Novillo,1992, p. 20). Junto a Carnicero también pintaron los toros otros artistas españoles como fue el caso de Luís Fernández Noseret (1793-1829), quien realizó una serie de grabados a partir de la serie anterior de Antonio Carnicero. 

Un dibujo de una persona

Descripción generada automáticamente con confianza baja
Figura 2. Antonio Carnicero, Colección de las principales suertes de una corrida de toros [Material gráfico] / distribuida y grabada por Antonio Carnicero, (1790, Biblioteca Digital de Castilla y León). Fuente. Licencia: Dominio Público.

Pero por encima de la producción gráfica mencionada, es fundamental destacar a Francisco de Goya (1746-1828), quien realizó a lo largo de su vida numerosas obras sobre toros y toreros, incluidas en sus series de tapices, Torrecilla, Tauromaquia o Toros de Burdeos

Figura 3. Francisco de Goya, Autorretrato (dibujo), (ca. 1790, Nueva York, The Met) (Gudiol, 1970, p. 363). Fuente. Licencia: Dominio Público.

Conclusión

Después de haber estado prohibidas las corridas de toros durante el reinado de Carlos III, aunque su prohibición fue promovida por el conde de Aranda, regresaron cuando asumió el trono de España José I Bonaparte, y las gentes de España volvieron a acudir a las plazas supuestamente «con ánimo de olvidar las calamidades y el hambre» (Martínez-Novillo, 1990, p. 31). 

El apogeo final de la primera época dorada del toreo tuvo lugar en la última década del siglo XVIII, cuyo desenlace vio el final de Costillares, quedando como rivales en los ruedos Pedro Romero y Pepe-Hillo. Será entonces cuando se publiquen obras de índole protaurino como la Tauromaquia o Arte de torear de José Delgado en 1796. A comienzos del siglo XIX gran parte del optimismo taurino que se palpaba en la sociedad de finales del siglo XVIII se desploma con la retirada de Pedro Romero en 1799, la muerte de Costillares en 1800 por causa natural, y la cogida mortal de Pepe-Hillo el 11 de mayo de 1801 en la plaza de toros de Madrid, acontecimiento del que fue testigo la reina María Luisa (Martínez-Novillo, 1992, p. 22-23).  

Finalmente, las palabras del escritor español Wenceslao Ayguals de Izco (1801-1873) ilustran el panorama del momento al enunciar que «las señoras fuman su cigarrito de papel, y que los hombres somos todos toreros y matachines de capa parda, trabuco y sombrero calañés» (Ayguals, 1845, p. 7).

Bibliografía

Fernández de Moratín, N. (s.f.). A Pedro Romero, torero insigne. Poemas del Alma. Recuperado de https://www.poemas-del-alma.com/nicolas-fernandez-de-moratin-a-pedro-romero-torero-insigne.htm

Ayguals, W. (1845). María, la hija de un jornalero, t. I. Imp. de Wenceslao Ayguals de Izco. https://www.cervantesvirtual.com/obra/maria-la-hija-de-un-jornalero/ 

Bottois, O. (2013). La Tauromaquia de Goya a la luz de su contexto. En Goya y su contexto (pp. 177-191). Institución «Fernando el Católico» y Fundación Goya en Aragón. https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/33/35/_ebook.pdf 

Fernández de Moratín, N. (s.f.). Fiesta de toros en Madrid. Poemas del Alma. https://www.poemas-del-alma.com/nicolas-fernandez-de-moratin-fiesta-de-toros-en-madrid.htm 

Gudiol, J. (1970). Goya: 1746-1828. t. I. Ediciones Polígrafa, S. A.

Martínez-Novillo, Á. (1992). Francisco de Goya grabador Instantáneas Tauromaquia (Ediciones Turner Ed.). Caser.

Martínez-Novillo, Á. (1990). Goya ante la fiesta de los toros. En Gassier, P. (Ed.)., Goya, toros y toreros (pp. 27-35). Ministerio de Cultura de España y Comunidad de Madrid.

Jovellanos, G. M. de. (1952). Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España. En C. Nocedal (Ed.), Biblioteca de Autores Españoles (Vol. 56, pp. 480-502). Madrid: Atlas. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/memoria-para-el-arreglo-de-la-policia-de-los-espectaculos-y-diversiones-publicas-y-sobre-su-origen-en-espana–0/html/fedbb6e0-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html

Jovellanos, G. M. de. (1812). Pan y toros: Oración apologética que en defensa del estado floreciente de España en el reinado de Carlos IV dijo en la plaza de toros de Madrid. Fondo Antiguo de la Universidad de Salamanca. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/obra/pan-y-toros–oracion-apologetica-que-en-defensa-del-estado-floreciente-de-espana-en-el-reinado-de-carlos-iv-dijo-en-la-plaza-de-toros-de-madrid-d-gaspar-m-de-jovellanos-madrid-1812/ 

Romero, P. (1995). La «Tauromaquia» de Goya y la invención de la corrida moderna. Revista de Estudios Taurinos. https://institucional.us.es/revistas/taurinos/2/Pedro%20Romero%20de%20Sol%C3%ADs.pdf 

De Vargas, J.  (1961). Disertación sobre las corridas de toros. (Julio F. Guillén y Tato, Ed.) Real Academia de la Historia.

  • Beatriz Candelaria Gómez Heredero

    Graduada en Historia del Arte (UCM) y en el Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanzas de Idiomas (UCM), con estudios en el Doble Grado bilingüe en inglés en Estudios Internacionales y Ciencias Políticas (UC3M). Ha participado en distintos proyectos de investigación e innovación docente por la UCM en las materias de Arquitectura y Modernidad, y Arte de las vanguardias en el Grado en Historia del Arte.

    Ver todas las entradas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *