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La iconografía de la enajenación

Durante el transcurso de la historia, a nivel cultural y social, la percepción de la locura ha ido evolucionando notablemente debido a numerosos factores, así como las diferentes visiones impulsadas a través de la religión, la filosofía, la ciencia y las diversas creencias populares. Antropológicamente, la locura ha sido comprendida en diferentes culturas como el significado inminente de lo diabólico, mientras que en otras, se ha entendido como enfermedad. Pero, ¿Cómo se entiende la locura en la actualidad?. 

Según la Real Academia Española, la locura posee diferentes acepciones:

  1. Privación del juicio o del uso de la razón. 
  2. Despropósito o gran desacierto. 
  3. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa. 
  4. Exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo. 

La palabra «locura» se emplea en nuestro diálogo para definir por lo tanto, algo o alguien dentro de lo extraordinario, fuera de lo común. Este fenómeno social intensificó cierto rechazo en la sociedad, generando consigo un malestar general. De la mano de este extraño comportamiento, surgieron los más antiguos y primitivos estudios de la conducta humana. 

En este sentido, la medicina clásica griega, entendía que la locura o «melancolía» era una enfermedad causada principalmente en uno de los cuatro totales humores corporales. Según el médico Hipócrates, la «melancolía» o bilis negra asociaba estas sintomatologías con defectos psíquicos y corporales, que, de no sanar correctamente pasaría a considerarse una posesión demoníaca. (López Saco, 2007).  

Este  pensamiento helénico sería heredado por los romanos, quiénes entenderían la bilis negra, como parte de la «pathé» que a su vez se asociaba con el término griego «pathos» asociado con el desequilibrio, el frenesí y la furia

Aunque la locura fuese entendida por la cultura latina como algo verdaderamente preocupante, en algunas ocasiones formaría parte de los ritos y ceremoniales religiosos. Donde, durante el proceso, ingerían sustancias naturales para llegar a este estado de enajenación. En este sentido, las bacanales siguen el patrón instaurado por la concepción helenística de la locura, la cuál pasó a la cultura latina como una herencia festiva en honor al dios del vino. Estas festividades han pasado a la historia por el exceso y el libertinaje así como también las prácticas sexuales y la alteración de la conducta. (Quirosa García, 2007).

Figura 1. Sacrificio a Baco. Museo del Prado. Massimo Stanzione. 1634. Fuente

Durante la Edad Media, la conducta y los valores sociales reflejaban una fuerte vinculación con la nueva visión teológica. Con la llegada del cristianismo, la locura se entendió como sinónimo del pecado, por ende, una posesión o contrato con el diablo el cuál era entendido como la personificación del mal y enemigo del bien. En este sentido, todo demente o desequilibrado, probablemente sería acusado por brujo, hechicero o hereje, el cuál para ser curado se debía tratar mediante el exorcismo (Berenguer, 2018).

Por otra parte, se creía que todos los locos poseían en el interior de su mente una piedra la cuál obstaculizaba la racionalidad en el hombre, causándole faltas en su juicio. Para curar este mal, se realizaban ciertas intervenciones, las cuáles consistían en hacer una pequeña perforación en el cráneo para poder acceder a la piedra y erradicarla (Valera Sandoval y Villalobos Morera, 2014).

Este grupo social marginado sería una gran fuente de inspiración para los artistas del siglo XVIII y XIX, pues se pondría de moda una nueva iconografía caracterizada principalmente por la representación fidedigna de la realidad desde una perspectiva un tanto romanizada. Será sobre todo, en los lienzos de Gericault donde veremos como a través de sus pinceladas, enmarcaría una visión perfecta de la fisonomía del enfermo (Calvo Santos, 2007)

Durante el encargo de un total de diez lienzos para el posterior estudio de cada una de las  diferentes enfermedades retratadas, representaría en todo su esplendor diversas patologías psicológicas relacionadas con la ludopatía, la cleptomanía, la pedofilia o los celos neuróticos, en el caso de este maravilloso lienzo.

En él, vemos a una mujer de avanzada edad representada en tres cuartos y diferenciada del neutro fondo sobre el que se representa, permitiéndonos observar con mayor detenimiento el trastorno neurótico que padece, el cuál se refleja a la perfección en su rostro macilento y en su mirada perdida. 

Figura 2. Mujer demente. Théodore Géricault. Museo de Bellas Artes de Lyon. 1819-1822. Fuente

Un ser infravalorado por su propia sociedad, tratado como un loco y desamparado de las normas y la conducta moral  del hombre. Pues será sobre todo a lo largo de estos años cuando ingresen a manicomios es decir, centros especializados en la conducta de estas personas con necesidades de atención y cuidado prematuro, donde en numerosas ocasiones eran maltratados y lesionados con radicales prácticas de sanación, llevándolos en ocasiones muy extremas hasta la muerte (Calvos Santo, 2007). 

Aunque la locura no solamente se verá representada en las obras de nuestros artistas, pues serán también ellos partícipes de la misma debido a las condiciones sociales, culturales y sentimentales que le conducirán a padecerla. Uno de los artistas más cercanos a este grupo social fue Francisco de Goya y Lucientes, quién realizó una serie de obras relacionadas con el mundo de lo absurdo y lo grotesco. Además de sus estampas y grados, realizó durante su carrera artística numerosos lienzos asociados con esta problemática social como consecuencia el impacto que marcaría en su consciencia las represalias de la Guerra de la Independencia. (Pérez Fernández y Peñarda Ortega, 2017)

Así podemos verlo en su obra titulada como «La casa de los locos» donde representará en un escenario cerrado a un grupo de enajenados, los cuáles, sin importar la deficiencia personal, son congregados en una única sala apartados de la sociedad. 

Figura 3. La casa de locos. Francisco de Goya y Lucientes. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1808-1812. Fuente.  

Además de Goya, existen otros artistas que dejaron reflejado en su arte la seña de su locura, como el célebre pintor neerlandés Vincent Vang Gogh, póstumamente reconocido principalmente por sus pinturas impresionistas marcadas por su fuerte carácter innovador fruto de los diferentes trastornos que padecía y que, desgraciadamente, marcarían su trágico destino u otros artistas más contemporáneos como Picasso quién muestra en sus obras una fuerte fascinación por estos marginados sociales, los cuales servirán como objeto de estudio y figuras principales para numerosas de sus obras propias del denominado «periodo azul» el cuál se caracteriza principalmente por sus tonalidades azulinas y cuyos ojos estarían llenos de melancolía, dolor, pobreza y soledad. 

Conclusiones

La representación de la locura en el arte a lo largo de la historia no solo revela la evolución de las percepciones sociales sobre la salud mental, sino también la capacidad del arte para capturar la complejidad y la fragilidad de la mente humana. Desde las visiones mitológicas hasta las expresiones más contemporáneas, el arte ha servido como un reflejo de las actitudes culturales hacía la locura, desafiando estigmas y proporcionando un espacio para la empatía y la comprensión. 

A medida que avanzamos en el tiempo, la representación artística de la locura sigue siendo una poderosa herramienta para explorar la diversidad de las experiencias humanas y fomentar diálogos en torno a la salud mental en nuestra sociedad. 

Bibliografía 

Berenguer, A. (2018). Breve historia de la locura. Ser histórico. Portal de Historia. https://serhistorico.net/2018/01/20/breve-historia-de-la-locura/

Calvo Santos, M. (2016). Los locos, locos retratos de Gericault. Cinco retratos de enfermos mentales realizados por el niño prodigio del romanticismo francés. 

https://historia-arte.com/articulos/los-locos-locos-retratos-de-gericault

López Saco, J (2007). Sabidurías de las culturas antiguas.  

https://asiahistoria.blogspot.com/2007/06/la-locura-en-la-antigedad-roma-y-prximo.html

Pérez Fernández, F. y Peñaranda Ortega, M. (2017). El debate en torno a los manicomios entre los siglos XIX y XX: El caso de Nellie Bly. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.

https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352017000100006.

Quirosa, García, Victoria (2007). Acercamiento a la representación plástica de la locura en Occidente. Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, (1), 52-82. 

Valera Sandoval, M.A. y Villalobos Morera, L.D (2014). Del arte a la locura y de la locura al arte: La expresión genial de la patología. Revista Wimblu, (2), 45-59. 

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