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El descubrimiento del hombre de los hielos

Figura 1. Reconstrucción de la momia de Ötzi tal como se muestra en el Museo de la Prehistoria de Quinson, Alpes-de-Haute-Provence, Francia. Fuente. Licencia: CC BY-SA 3.0

Cuando escuchamos la palabra momia la mente enseguida viaja a esas momias egipcias que tan bien conocemos. Pero, como vimos en publicaciones anteriores (Martínez Blanco, 2021), existen momias de diversos tipos. En este artículo nos centraremos en la momia de Ötzi (fig.1), que podríamos clasificar dentro de lo que se conocen como momias frías.

Este cuerpo momificado fue descubierto por dos alpinistas alemanes en los Alpes de Ötztal (fig. 2A), cerca de la frontera entre Austria e Italia (fig. 2B). Debido a que se había quedado cubierto por el glaciar, tanto el cuerpo como las pertenencias que llevaba consigo estaban excepcionalmente conservadas. De hecho, al principio pensaron que se trataba del cadáver de algún montañero perdido varios años atrás. Sin embargo, la prueba del carbono 14 reveló que Ötzi tenía unos 5300 años de antigüedad (Kutschera & Rom, 2000). 

Figura 2. A: Lugar de descubrimiento de Ötzi  en las montañas de los alpes de Ötztal. El área del sitio del descubrimiento está marcada con un punto rojo. Fuente. Licencia: CC BY-SA 4.0. B: Zona de origen y expansión de Ötzi. Fuente:  Holden, 2003. Licencia: CC BY-NC-SA

Según los investigadores, su ropa consistía en una capa de hierba tejida sobre una chaqueta de cuero, un gorro de piel de oso y leggins de piel de cabra. Además, sus zapatos estaban hechos de cuero de oso y de venado, con un relleno de hierba como aislamiento (Maderspacher, 2008). En pocas ocasiones se tiene la oportunidad de analizar los contenidos del estómago de unos restos tan antiguos, pero esta es una de ellas. El último menú de Ötzi incluía pan, carne de íbice y semillas de endrino (Rollo et al., 2002; Maderspacher, 2008). Su cuerpo estaba cubierto de tatuajes, muchos de ellos realizados en articulaciones con artritis, lo que sugiere que, además de estético, el propósito de estos tatuajes podría ser médico

En su kit de herramientas llevaba varias puntas de flecha y una daga de sílex (fig. 3), un hacha de cobre (Wierer et al., 2018), y un tipo de hongo que se cree que tiene propiedades antibacterianas (Maderspacher, 2008). Se ha demostrado también su conocimiento y control del uso del fuego, ya que portaba un trozo de hongo yesquero y una herramienta de pedernal (Dickson et al., 2003). En lo respectivo a la causa de la muerte, a través de radiografías se descubrió que Ötzi tenía una punta de flecha clavada bajo el omóplato izquierdo, además de un golpe en la cabeza y una herida en la mano (Nerlich et al., 2003; Maderspacher, 2008). Estas evidencias apuntan a un asesinato, aunque, dada la antigüedad de los restos, esta información ha de ser analizada con cautela. 

Figura 3. Daga de sílex recuperada junto con el cuerpo de Ötzi. Detalles de la imagen: fractura de la punta; rayón en la superficie de la daga producido por un objeto de cobre. Fuente:  Wierer et al., 2018. Licencia: CC BY.

Los análisis genéticos del ADN mitocondrial de Ötzi revelaron que tenía mutaciones que no se encuentran en poblaciones actuales, a través de lo cual pudieron concluir que perteneció a un pueblo desaparecido de Europa. Por si esto fuera poco, analizando el ADN nuclear determinaron que tenía ojos de color marrón, sangre del tipo O, y era intolerante a la lactosa (Ermini et al., 2008; Callaway, 2012; Keller et al., 2012).

Sabiendo todo esto, las preguntas que se hicieron los investigadores fueron en qué zona vivió Ötzi y qué distancia llegó a moverse a lo largo de su vida. Los análisis de isótopos fueron la herramienta que les dio las respuestas. Los resultados apuntaron a los valles del sur como el origen de este individuo. Concretamente, lo han centrado en el valle de Eisack, y probablemente pasó su vida en un radio de 60 kilómetros desde su lugar de origen (Holden, 2003) (fig. 2B).

Conclusiones

El estudio de las diferentes momias que se han descubierto en todo el mundo ha aportado información muy extensa e interesante, que ha permitido conocer de cerca el modo de vida de diferentes individuos. Nunca hubiéramos imaginado saber tantas cosas acerca de una persona que vivió hace más de 5000 años, como es el caso de Ötzi. Probablemente queden aún restos por descubrir, que, gracias a las técnicas de campo y laboratorio que continúan perfeccionándose, es cada vez más probable obtener  mejores resultados.

Bibliografía

Callaway, E. (2012). Iceman’s DNA reveals health risks and relations. Nature.

Dickson, J. H., Oeggl, K., & Handley, L. L. (2003). The iceman reconsidered. Scientific American, 288 (5), 70-79.

Ermini, L., Olivieri, C., Rizzi, E., Corti, G., Bonnal, R., Soares, P., … & Rollo, F. (2008). Complete mitochondrial genome sequence of the Tyrolean Iceman. Current Biology, 18 (21), 1687-1693.

Holden, C. (2003). Isotopic data pinpoint Iceman’s origins. Science. 302, 759-760.

Keller, A., Graefen, A., Ball, M., Matzas, M., Boisguerin, V., Maixner, F., … & Zink, A. (2012). New insights into the Tyrolean Iceman’s origin and phenotype as inferred by whole-genome sequencing. Nature communications, 3 (1), 698.

Kutschera, W., & Rom, W. (2000). Ötzi, the prehistoric Iceman. Nuclear Instruments and Methods in Physics Research Section B: Beam Interactions with Materials and Atoms, 164, 12-22.

Maderspacher, F. (2008). Ötzi. Current Biology, 18 (21), R990-R991.

Martínez Blanco, C. (2021). Los tres veces muertos. Momias, Pantanos y Rituales. ArqueoTimes. https://arqueotimes.es/los-tres-veces-muertos-momias-pantanos-y-rituales/.

Nerlich, A. G., Bachmeier, B., Zink, A., Thalhammer, S., & Egarter-Vigl, E. (2003). Ötzi had a wound on his right hand. The Lancet, 362 (9380), 334.

Rollo, F., Ubaldi, M., Ermini, L., & Marota, I. (2002). Ötzi’s last meals: DNA analysis of the intestinal content of the Neolithic glacier mummy from the Alps. Proceedings of the National Academy of Sciences, 99 (20), 12594-12599.

Wierer, U., Arrighi, S., Bertola, S., Kaufmann, G., Baumgarten, B., Pedrotti, A., … & Pelegrin, J. (2018). The Iceman’s lithic toolkit: Raw material, technology, typology and use. Plos one, 13 (6), e0198292.

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