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Entrevista a Palmira Saladié

Palmira Saladié es una arqueóloga especializada en prehistoria, reconocida por su trabajo en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES). Obtuvo su doctorado en Prehistoria por la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona con una tesis centrada en el análisis de mordeduras de osos y de humanos en huesos fósiles​, un enfoque tafonómico que marcaría su trayectoria investigadora. Desde entonces, ha orientado su carrera al estudio de las estrategias de subsistencia de las poblaciones humanas del Pleistoceno en la península ibérica, analizando los restos faunísticos de yacimientos clave como Atapuerca, el Barranc de la Boella o el Abric Romaní​. Entre sus principales líneas de investigación destaca el estudio del canibalismo humano en diferentes períodos prehistóricos​, junto con experimentación tafonómica para comprender las huellas que dejaron homínidos y animales en los huesos.

A lo largo de su carrera, Saladié ha contribuido de forma notable a la arqueología y la prehistoria con hallazgos de gran impacto. Formó parte del equipo de investigación de Atapuerca que identificó el caso más antiguo de caza comunal conocido, hace unos 400.000 años. 

Además de su prolífica producción científica, con más de 200 publicaciones, Palmira Saladié también ha abogado por la divulgación con su última obra publicada en 2020 titulada La caza: nos hicimos omnívoros, un libro de la serie Origen (Cuadernos de Atapuerca) que explora cómo la actividad cinegética nos convirtió en omnívoros y acerca la evolución humana al público general con un lenguaje accesible​.

En esta entrevista para ArqueoTimes, profundizaremos en la trayectoria de Palmira Saladié, sus proyectos más destacados y su visión acerca de la arqueología prehistórica.

¿En qué momento decidió dedicarse a la arqueología prehistórica y qué le llevó a especializarse en tafonomía y paleontología humana? ¿Podría explicarnos en qué consisten estas ramas?

    En realidad, mi formación de base es la arqueología que junto a la tafonomía es la que desarrollo en mi día a día. Aplicándolo a los estudios de restos de fauna y humanos. Creo que desde muy pequeña tenía interés en los estudios de esta parte de la historia de los seres humanos. Con 10 años me impacto la ilustración del tema de prehistoria del que entonces era el libro de texto de sociales. Lo más difícil fue saber que debía hacer para dedicarme a esto. Aunque la vida fue la que me llevó a ello. En esa época no existía el grado de Arqueología.

    Mediante el estudio de los restos de fauna, sus características y modificaciones estudiamos las relaciones que tuvieron los seres vivos con su entorno en especial que relaciones ecológicas tuvieron con los otros animales y que papel jugaron en su subsistencia. En cuanto a los restos humanos estudiamos las causas de la muerte de esos individuos y el tratamiento que recibieron por sus congéneres una vez fallecidos. Todo ello nos habla de las relaciones sociales de los grupos del pasado, el interés principal de la Arqueología prehistórica.

    El IPHES se ha posicionado como un centro de referencia en evolución humana. ¿Cómo ha influido este entorno multidisciplinar en su labor investigadora? ¿Qué aporta trabajar con un equipo internacional y en proyectos como Atapuerca a su desarrollo profesional?

    Es esencial, no hay otro lugar como este. El trabajo de la investigación tiene un componente claramente inspiracional, y eso se consigue rodeada de muchas sensibilidades y campos de experiencia que te aportan su conocimiento. En el IPHES se ha fomentado siempre el trabajo en equipo que es algo fundamental a la hora de formar y formarse en cualquier disciplina. Esto se extrapola al equipo de Atapuerca cuya filosofía y espíritu es exactamente el mismo.

    Gran parte de su investigación se centra en entender cómo vivían y se alimentaban nuestros antepasados del Pleistoceno. ¿Qué hemos aprendido sobre las estrategias de subsistencia de los homínidos gracias al estudio de yacimientos como Atapuerca, el Abric Romaní o la Boella?

    Desde mi punto de vista uno de los aspectos más importantes que hemos aprendido son las capacidades organizativas y estratégicas de estos grupos humanos, una de las claves del éxito evolutivo: la cooperación para la obtención de los recursos y el reparto de los mismos para garantizar la supervivencia de todos sus miembros.

    Usted participó en el descubrimiento de que hace 400.000 años los homínidos de Atapuerca cazaban en grupo grandes presas como bisontes. ¿Qué significado tiene este hallazgo? ¿Cómo lograron determinar que se trataba de caza cooperativa y qué nos revela sobre las capacidades sociales y cognitivas de aquellos homínidos?

    Se trata de un cambio de paradigma en el sentido de las altas capacidades, como decíamos antes, organizativas. Cuando excavábamos ese nivel empezamos a hacernos muchas preguntas, porque era diferente a todo lo visto hasta ese momento y con una gran antigüedad. Estamos hablando de caza comunal en el Pleistoceno medio, eso significa que todo un grupo se organizó para cazar parte de un rebaño de bisontes en un solo lance de caza. Probablemente todo el grupo participo de alguna manera. Además, si tenemos en cuenta la cantidad de carne conseguida, y por lo tanto el número de animales cazados, debió ser un grupo grande, mayor de lo que solemos considerar para este periodo. Estamos hablando de grandes capacidades, no solo tecnológicas y culturales, si no también sociales.

    Sus estudios han abordado casos de canibalismo en distintos momentos (desde Homo antecessor hasta grupos de cazadores-recolectores del final del Paleolítico). ¿Qué evidencias permiten identificar el canibalismo en un yacimiento y cuáles cree que fueron las motivaciones detrás de estas prácticas en cada contexto?

    Las modificaciones que encontramos en los huesos son las principales evidencias. Se trata de señales que se han producido durante el proceso carniceros de los cuerpos y que son similares a las que encontramos en los cuerpos de los animales. 

    El canibalismo es una de las conductas más complejas con las que tenemos que enfrentarnos los arqueólogos. Sabemos que sus motivos pueden ser muy diversos, desde el hambre hasta el desprecio por el enemigo o la compasión por el prójimo. Y entre estos extremos encontramos una gran cantidad de matices. Mi opinión es que la mayor parte de los casos prehistóricos que encontramos hasta el momento se trata de episodios de violencia. Pero de ningún modo estos es exclusivo y seguramente los grupos que han practicado un tipo de carácter agresivo comiéndose a sus enemigos, seguramente también han consumido a sus familiares por lo que sentían amor, tal y como pasa y ha pasado en las sociedades contemporáneas que han practicado del canibalismo.

    Su enfoque combina el estudio de marcas óseas con experimentación (por ejemplo, replicando fracturas o marcas de corte). ¿Cómo se lleva a cabo esta arqueología experimental y de qué manera ayuda a interpretar correctamente el registro fósil? ¿Podría compartir algún ejemplo en el que la experimentación haya sido clave para sus conclusiones?

    La experimentación es esencial para generar marcos de referencia para interpretar los restos arqueológicos y en el caso de los huesos las señales que muestran. Lewis Binford, un arqueólogo americano, dijo en los 90 que los arqueólogos necesitamos de los restos y yacimientos para estudiar el pasado, pero que también necesitamos conocer cómo funcionan los modelos en el mundo del presente para interpretar esos objetos.

    Yo en mi tesis estudie la morfología de las mordeduras humanos en los huesos a través de experimentos para poder interpretar las que encontrábamos en los huesos arqueológicos. Queda mucho trabajo por hacer en este aspecto, pero las mordeduras humanas son la prueba más inequívoca del canibalismo. Si las encuentras sobre huesos humanos no puedes dudar del consumo por otros de la misma especie.

    Recientemente ha publicado el libro de divulgación titulado La caza: nos hicimos omnívoros. ¿Qué le motivó a escribir este cuaderno y qué puede encontrar el lector en él? ¿Por qué considera importante acercar este conocimiento al gran público y qué impacto espera que tenga en la comprensión de nuestra evolución?

    Pues fue un encargo de mi director de tesis, el Dr. Carlos Díez de la Universidad de Burgos, que es el coordinador de la serie. La caza nos habla de cómo se han organizado socialmente los seres humanos, como os he comentado me parecen un aspecto fundamental del éxito evolutivo de los seres humanos.

    Mirando su trayectoria, ¿hay algún descubrimiento o momento de su carrera del que se sienta especialmente orgullosa?

    No especialmente, o al menos no a nivel individual. Suelo disfrutar mucho del trabajo de campo en su día a día, recuerdo con cariño el día que salió primer pico de tradicion achelense en el Barranc de la Boella, pero también la excavación de las defensas de mamut el mismo año. Excavar los suelos de habitación del Abric Romaní es excitante. O excavar los restos de Homo antecessor es casi escalofriante. Tengo una suerte increíble de estar en todos los sitios en los que trabajo y de compartirlo con mis compañeros.

    ¿En qué proyectos se encuentra trabajando actualmente o planea enfocarse en el futuro? ¿Qué preguntas sobre la prehistoria le gustaría ver resueltas en los próximos años, ya sea mediante nuevas excavaciones, técnicas analíticas innovadoras o colaboraciones interdisciplinarias?

    Seguiré trabajando en los yacimientos que he nombrado. tenemos que ampliar nuestro conocimiento sobre la subsistencia de Homo antecessor, y sus prácticas caníbales y entender como el achelense llego al Península Ibérica en el Barranc de la Boella. El Abric Romaní siempre nos da sorpresas y nos muestra cosas nuevas de la vida Neandertal, los próximos años empezamos nivel. Vamos a ver que nos ofrece

    Y por último, ¿qué consejo daría a los jóvenes (y no tan jóvenes) que están considerando desarrollar una carrera en tafonomía, zooarqueología o el estudio de la evolución humana a través de restos faunísticos?

    A nivel profesional que, si están estudiando el grado saquen buenas notas para poder continuar después, que sepan que es un trabajo muy vocacional, pero que si tienen la vocación disfrutaran. A nivel personal que no renuncien a nada ni en lo personal ni en lo profesional, pero sobre todo que no renuncien a sus sueños y luchen por un mundo en el que la ciencia sea fundamental para avanzar

    Puedes encontrar más información sobre Palmira Saladié a través de los siguientes enlaces a sus perfiles y a sus proyectos:

    Instagram: @palmira.saladie

    Twitter (X): @PalmiraSaladie

    Otro: @palmirasaladie.bsky.social

    Entrevistado por: 

    Francisco Javier Luengo Gutiérrez

    Director de Arquetimes

    Mª Dolores Rodas Romero

    Área de Comunicación

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