ArqueoTimes.es

Entrevista a Francisca Hornos Mata, conservadora del patrimonio

Francisca Hornos Mata es una arqueóloga con un largo historial profesional. Encabeza la Jefatura del Departamento de Protección de Patrimonio, dentro del Servicio de Bienes Culturales de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en la provincia de Jaén.

Su labor como gestora patrimonial ha abarcado diversas tipologías, desde excavaciones arqueológicas como las de la Plaza de Armas de Puente Tablas (Jaén) o los Millares (Santa Fe de Mondújar/Gádor, Almería, la Jefatura del Servicio de Investigación y Difusión del patronato de la Alhambra y el Generalife, Comisiones Asesoras a nivel provincial y regional (la Comisión Andaluza de Museos y Comisión Técnica del Conjunto Monumental de la Alcazaba, Almería y ha sido presidenta de la Comisión Andaluza de Arqueología) hasta la dirección del Museo Provincial de Jaén por más de una década, siendo la primera mujer que ostentaba dicho cargo

Actualmente, se encuentra vinculada a diferentes organismos y proyectos como el Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y PastWoman donde aborda investigaciones desde una perspectiva feminista y de género. 

  1. ¿En qué momento decidió que quería dedicarse a la arqueología y cómo fue su trayectoria hasta el puesto que ocupa ahora?

Es difícil saber en qué momento nuestras decisiones diarias se vuelven definitivas o al menos con una continuidad que marca nuestra vida.  Hay que tener en cuenta que yo me matriculé en el Colegio Universitario Santo Reino de Jaén en 1977 y que mi edad en aquel momento, 16 años, era muy temprana para tomar decisiones a largo tiempo. Una idea si tenía clara, yo quería seguir estudiando. Me hubiese gustado estudiar Periodismo pero sin moverme de Jaén eso era imposible porque la economía familiar no daba para tanto, así es que mi siguiente opción era la Historia porque durante el Bachiller tuve una profesora Isabel Gutiérrez que me fascinaba con sus conocimientos pero sobre todo con su discurso.

Para mí, la asignatura de Prehistoria en la titulación de Geografía e Historia, que impartía el Profesor Arturo Ruiz en ese momento, fue todo un descubrimiento. Yo que nunca había superado eso de escoger entre letras y ciencias me encontré con la Arqueología que combinaba muy bien aspectos de las ciencias con las humanidades. Todo eso y antes de cumplir 18 años fue definitivo para mí. Cuando acabó ese primer curso yo ya quería ser como mi profesora de la secundaria, que hacía una tesis de egiptología o como mi profesor de Prehistoria que conocía y explicaba la evolución humana a través de los fósiles conocidos hasta ese momento.

Después de tres años en el Campus de Jaén y dos en el de Granada con una acumulación de experiencias de campo y laboratorio con Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Fernando Molina, Francisco Contreras, Francisco Carrión y alguna experiencia en la Arqueología/Paleontología francesa de la mano del profesor Bonifay a través de los contactos de Isidro Toro, puede decirse que mi formación era la propia de alguien que se quiere dedicar a la investigación y/o docencia.

En aquellos momentos, primeros años 80 del siglo pasado, no existía como ahora la opción de trabajar gestionando o tutelando el Patrimonio Histórico salvo en la opción de los Museos y Archivos. Puede decirse que mi historia laboral en este tema empieza con la transferencia de competencias de Tutela del Patrimonio Histórico desde el Estado a las recién creadas autonomías (1984).

De hecho, tengo el privilegio de pertenecer a la primera promoción de Conservadoras de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía desde 1991 y haber trabajado como Arqueóloga, Titulada Superior desde 1985 a 1991. Mi primera ocupación fue exclusivamente el Patrimonio Arqueológico, atendiendo denuncias, instruyendo procedimientos de sanción, programando actividades arqueológicas de urgencia e inspeccionando los proyectos de investigación. Después con mi acceso a la Jefatura de la Sección de Bienes Culturales (1991) mi campo de trabajo se amplió y coordiné equipos de profesionales de la Arquitectura, la Historia del Arte y la Etnología. Como dice la canción mi mundo se amplió. Un tiempo corto pero muy intenso en el Patronato de la Alhambra (2002-2003) y 16 años como directora del Museo de Jaén (2008-2023) y de nuevo al mundo de la Tutela y justo en el mismo puesto que ahora se denomina Departamento de Protección del Patrimonio Histórico.  Una trayectoria de 40 años que me han parecido 40 minutos.

  1. Posiblemente esta pregunta se la hayan hecho con frecuencia, pero ¿a qué retos se enfrenta la Jefatura del Departamento de Protección de Patrimonio?

Es básico entender que la Administración Cultural de la Junta de Andalucía durante estos años se ha articulado desde una producción legislativa: las leyes de Patrimonio Histórico de 1991 y del 2007 nos han ido marcando el camino, durante mucho tiempo con fuerte centralización de decisiones en Servicios Centrales en Sevilla y en los últimos tiempos con una práctica de delegación de competencias bastante abundante pero muy fragmentada en diversas disposiciones legales.  

La responsabilidad de la Tutela recae en cada Delegación Territorial en el Servicio correspondiente denominado Servicio de Bienes Culturales que tiene en estructura administrativa dos departamentos: uno de conservación y restauración y otro de protección. Este último recoge las funciones de investigación y difusión mientras que el primero se ocupa de cuestiones de conservación. Repartir tareas es responsabilidad de la persona titular del Servicio en cada provincia, pero antes y ahora el reto es compartir unos objetivos comunes con las líneas marcadas desde la Consejería que ahora es Cultura y Deporte.

En mi más reciente desempeño, ahora cumplo un año, en este puesto he trabajado preferentemente en las tareas de Difusión como las Jornadas Europeas de Arqueología (junio), Las Jornadas de Difusión de los Proyectos Generales de Investigación Arqueológica (septiembre) y las Jornadas Europeas de Patrimonio (octubre-diciembre). Otra de las tareas más importantes es la administración consultiva que en nuestro caso es la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico que tradicionalmente ha servido para ayudar al titular de la Delegación a tomar decisiones con el apoyo de diversos sectores.

Trabajar en la administración cultural es tener capacidad de trabajar en equipo y compromiso en la actualización de los conocimientos. La gestión cultural es un mundo apasionante tanto en el ámbito privado como en el público. Yo siempre he trabajado en la función pública y soy una defensora a ultranza del valor de lo público porque es la garantía de la igualdad de oportunidades. No corren buenos tiempos para la defensa de lo público por eso es mucho más importante explicitar cuál es nuestro papel como garantía de calidad y buen servicio a nuestra comunidad.

  1. Investigando sobre su trayectoria, hemos observado que tiene predilección por el legado jienense, ¿es la «joya sin pulir» del Patrimonio Andaluz?

Aunque las personas nómadas son muy interesantes y suelen ser las que descubren y exploran lo desconocido y así nos enriquecen a las demás, yo te tengo que decir que yo soy muy sedentaria, que mi raíz con Jaén es muy honda y profunda. Mi lugar en el mundo es esta provincia, aquí me he formado, aquí he ampliado y renovado mis conocimientos y para gestionar cualquier cosa,  y el Patrimonio Histórico también, un requisito básico es conocer el territorio. A pesar de haber tenido oportunidades excelentes siempre he preferido contribuir a la mejora de mi ciudad, de mi provincia. En cuanto a lo de joya sin pulir te diré que es cuestión de opiniones pero considero que hay mucho trabajo hecho y el brillo del Legado giennense es indiscutible y si me apuras tenemos una fantástica combinación de excelente Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural. Si me preguntas te lo digo así: ¡¡¡¡que bien que todavía tengamos recursos que todavía no se han mercantilizado, que todavía no están desbordados por un uso abusivo…..en fin, que creo que hasta ahora la no sobreexplotación de nuestras fortalezas patrimoniales nos beneficia mucho más que nos perjudica.

Aunque claro todo es cuestión de valores y opciones de generación de riqueza. 

  1. Ha participado en numerosas campañas arqueológicas, ¿Cómo ha evolucionado su perspectiva sobre la arqueología y la conservación del patrimonio a lo largo de su carrera, desde sus primeras excavaciones hasta su actual rol en la gestión patrimonial?

Mi primera participación en una excavación arqueológica fue en el curso 79-80 en la Muralla Ibera de Cerro Miguelico Torredelcampo, Jaén. Mi incorporación al mundo de la Arqueología de campo fue a través de mis prácticas en el Colegio Universitario de Jaén que asumía un tipo de metodología muy definida propia de la documentación del registro prehistórico. En aquellos tiempos era muy importante el dominio del dibujo, la georeferenciación precisa y la planificación cuidadosa con preguntas para resolver. A diferencia de otras tradiciones la importancia de las prospecciones y estudios del territorio era definitiva. La base teórica siempre estaba por encima del valor o estética de los objetos. Puedo decir que tanto en Jaén como después en Granada mis primeras excavaciones estaban alineadas con la Nueva Arqueología cada vez más lejana de la tradición Anticuaria. En los años siguientes, pude trabajar en distintas zonas arqueológicas en Castilla la Mancha (Motillas del Azuer y de la Cañas) y en Andalucía (Puente Tablas, Cazalilla, Los Millares). Las líneas de investigación de la UJA y la UGR sobre la prehistoria reciente y la protohistoria están en la base de mi formación y casi desde el primer momento me ocupé de aspectos de coordinación, documentación. Mi práctica con el trabajo de campo se desarrolló muy temprano desde casi mi primer curso de licenciatura.  Como a cualquiera, me fascinaba el contacto con  “los archivos de la tierra” porque estar presente en la planificación y desarrollo de una actividad arqueológica es una actividad muy estimulante aunque puedo decir que a partir de mi incorporación a la Administración Cultural este tiempo se fue reduciendo pero siempre he tenido una visión muy cercana de la evolución de métodos y tecnologías y un gran respeto por el trabajo desarrollado tanto por la Arqueología comercial como por la Arqueología de investigación.  En tiempos más recientes en la esfera de los Museos, me ha apasionado trabajar con los equipos de investigación para poner en pie Exposiciones Temporales (Mujeres Iberas, Zona Arqueológica de Marroquíes Bajos)

  1. Durante más de 14 años, estuvo encabezando la dirección del Museo Provincial de Jaén, ¿qué huella has dejado en el Museo y qué huella ha dejado el Museo en “Paqui Hornos”? 

Realmente han sido 16 años de responsabilidad y de aprendizaje en la Dirección del Museo Provincial de Jaén que me han parecido muy cortos. Creo sinceramente que yo he recibido mucho más de esa Institución de lo que he podido aportar porque llegué en febrero de 2008 con una carrera administrativa bastante desarrollada con más de 20 años de servicio público de experiencia consolidada. Siempre pensé que cuando me pidieron que concursara a esa plaza me estaban ofreciendo un premio a mi desempeño anterior y así lo he vivido porque trabajar en un Museo con colecciones excelentes y diversas (bellas artes, arqueología, etnología) de un territorio en el que yo llevo trabajando desde el comienzo de mi carrera profesional para mí ha sido muy gratificante.  Dicho esto, las instituciones son cualquier cosa menos un proyecto personal o, dicho de otro modo, dirigir un Museo no es tener en propiedad nada. En el caso de Andalucía, los Museos son de propiedad estatal y de gestión autonómica. El Museo de Jaén es una pieza dentro de los Museos de Andalucía, quiero decir que, como profesional puedes contribuir con tus propuestas, con tu actitud y tu bagaje personal a los cambios de rumbo, pero el control nunca lo tiene la persona que está en ese puesto llamado director/a. Para mí, ha sido muy importante poder celebrar los 40 y los 50 años de este Museo que se abrió al público en junio de 1971 aunque se creó por Decreto en 1969 y que refundía los provinciales de Arqueología (1963) y Bellas Artes (1914) anteriores. Nuestro Museo, el de Jaén, tiene una sólida adhesión de la comunidad a la que sirve y sin duda mi experiencia de servicio allí me ha marcado para siempre. Me pasó igual con la Alhambra, que aunque han pasado 20 años de mi estancia allí, cuando vuelvo me siento como en casa.  

  1. Siendo directos, ¿existe una manera correcta de visitar un museo? y ¿cómo visita usted un museo?

Un Museo se puede visitar de muchas formas, pero te voy a ser franca, a mí no me interesa mucho la típica visita turística, el tour imprescindible, la foto para recordar donde estuve y la consiguiente muesca en el revolver que significa que ya has visto lo que había que ver.  Un Museo te ofrece un mundo organizado que tienes que descubrir en su exposición permanente y te provoca a participar con sus exposiciones temporales, pero para mí, los museos son lugares de encuentro. Allí puedes compartir en familia, con amistades, con colegas opiniones y reflexiones. Esa es mi manera preferida de estar en un museo compartiendo espacio e ideas con quienes más me gusta estar.

Ahora bien, te digo que soy una pertinaz visitante solitaria de Museos porque me gustan, me dan serenidad, me inspiran y algunos son parte de mi vida personal. Yo diría que mis lugares favoritos. Además, soy una compradora compulsiva de las tiendas de los Museos. Ya ves, contradictoria, pero en lo fundamental coherente. Creo que conocer y, o mejor vivir, museos me ha hecho mejor persona y sobre todo, me une a mi comunidad de una forma especial, compartiendo valores y reclamando derechos.

  1. ¿Cuál es la sección de un Museo con la que más disfruta?

En la pregunta anterior creo que ya te he dicho que soy una fanática de las tiendas. Disfruto mucho ese espacio del Museo porque creo que los objetos, los libros, los catálogos dicen mucho de un museo y, además, te permiten conversar y buscar entre lo ofrecido cosas que siempre te harán recordar un momento especial. En cualquier caso, mis experiencias en las Áreas de Reserva en algunos museos han sido espectaculares y no las cambiaría por nada. Recorrer esa parte oculta en la Alhambra, el Louvre, el Prado o en el Museo de Jaén me han provocado alguna emoción que yo calificaría de extraordinaria.  También he disfrutado y disfruto enormemente los Espacios para la Educación. Ver a las niñas y niños interactuando con las colecciones apropiándose de su pasado y desarrollando su creatividad, me han dado alguna de las mayores alegrías de mi vida profesional.  Otro espacio o sección es la que compartimos con las personas que investigan, los fondos, en esos laboratorios donde las personas más expertas añaden valor a las obras de Arte, a la cultura material, a los restos óseos, etc. Si, facilitar la labor a la investigación es una de mis funciones preferidas en el entorno Museo.  En fin, ya ves que me quedo con todo, soy una profesional de la Conservación del Patrimonio Histórico, pero al mismo tiempo una persona que disfruta de lo auténtico y de los artificios que median nuestras experiencias en un museo.

Olvidaba otro espacio de los grandes Museos que me provoca una experiencia especial son los Restaurantes. Mi última experiencia en la Galería de las Colecciones Reales en Madrid fue magnífica, y también recuerdo otro memorable almuerzo en Washintong en la National of Art con la firma de un chef español. En mi caso, se funden la obligación y la devoción. Soy muy afortunada.

  1. Respecto a PastWoman, la labor, no solo investigadora, sino también divulgativa tiene un gran papel. Hace poco dio una charla con el título «Ni veneradas, ni temidas. Iguales y respetadas» junto a Marga Sánchez. ¿Qué conclusiones sacó del encuentro?

Permíteme que te corrija: no es Pastwoman, es Pastwomen. Es importante, porque el plural dice mucho de nosotras, de las mujeres, el femenino singular, esa obsesión con la Mujer como idea, como madre, como ángel del hogar, la diosa, la bruja como estereotipo oculta la importancia de las mujeres, de las que trabajan día a día, de las que trabajaron en el pasado.

En fin, sobre ese tema hablamos en la Fundación Rodríguez Acosta hace unos días, un sábado soleado en Granada. Fue un Diálogo entre Marga Sánchez Romero y yo, pero que ampliamos a todas las personas que asistieron y que estaban interesadas en los valores de igualdad y respeto.

Tanto Marga como yo hemos trabajado en divulgación a través de escritos y exposiciones y pudimos comentar algo básico. La buena divulgación se basa en el rigor científico. La arqueología feminista ha contribuido a una recuperación más científica y completa de las sociedades del Pasado.

Hablamos de una mirada diferente al registro arqueológico y del conocimiento situado que necesitamos las mujeres y las niñas de hoy. Recuperar nuestro pasado, recomponer las genealogías, dar la importancia debida a los cuidados y a las actividades de mantenimiento no solo hace justicia a lo que de verdad nos antecedió sino que facilita el camino a una sociedad futura mucho más justa que la actual.

En definitiva, pudimos hablar de la séptima edición del libro de Marga Sánchez, Prehistorias de Mujeres y de la exposición virtual Otras miradas de Pastwomen. Fue un encuentro muy grato y al que van a seguir próximamente otros allí mismo sobre la colección Gómez Moreno, en especial, sobre los bronces de los santuarios de época íbera con Carmen Rueda y otras compañeras del Instituto de Arqueología Íbera de la Universidad de Jaén.  

  1. Ha sido la primera mujer en ostentar un cargo de tanta relevancia como el de directora del Museo Provincial de Jaén. En una profesión que tradicionalmente ha tenido a los hombres como principales protagonistas ¿ha notado diferencias significativas en el trato o dificultades relacionadas con la desigualdad y el machismo?  ¿qué avances y desafíos pendientes identifica en cuanto a la igualdad de género en el campo de la arqueología y la gestión del patrimonio cultural en España?

El dato es correcto en la nómina de director@s del Museo de Jaén si soy la primera espero que no la última, pero eso no es lo importante. Además, el mundo de los museos tiene una nómina abundante y excelente de mujeres. De hecho, las conservadoras de museos han sido más numerosas que los conservadores de museos. Hay un chascarrillo un poco “micromachista” que se refiere a este Cuerpo Facultativo como “la Cuerpa”

En fin, para la causa de las mujeres, lo deseable es dejar de ser noticia por ser la primera, lo importante es la igualdad y el reconocimiento de las que nos antecedieron. Fíjate que en Jaén Concha Choclán actual Directora del Museo Ibero fue Directora del Museo Arqueológico de Linares desde el año 1990, por lo tanto ser Directora de museos en Jaén no es tan importante como olvidar que lo venimos siendo desde el siglo pasado.  

La visibilización de las mujeres en todos los ámbitos y en la profesión arqueológica viene siendo tratado desde hace unos años con mucho tesón por arqueólogas feministas.

Sobre las mujeres y la arqueología, es algo sobre lo que hemos reflexionado mucho desde el feminismo y a partir de ahí, hemos tomado conciencia de muchos sesgos.

En mi caso yo no nací feminista si no que fue en una Reunión de Arqueología Teórica en Santiago de Compostela en 1992 cuando pude escuchar y conocer los planteamientos de mujeres arqueólogas como Marina Picazo, Paloma González Marcen. Laia Colomer y Sandra Montón. A partir de ahí, fui tomando conciencia sobre algunas exclusiones, muchas interpretaciones presentistas en masculino singular.  Para mí, la Arqueología ha sido el camino para conocer un movimiento el feminista que busca la igualdad entre hombres y mujeres. Creo que ha mejorado mis capacidades como historiadora, como gestora y me ha hecho una persona más solidaria. Le debo mucho de lo que soy a esa reunión en Santiago y a tantas mujeres que nos precedieron en el camino. Te recomiendo que si puedes veas un documental titulado “Off the Archeological record” dirigido por Katya Calmet Valle a partir de la idea original de Paloma Zarzuela Gutiérrez, donde se describen historias de mujeres invisibilizadas en la arqueología y su impacto en la construcción del Pasado. Este documental contiene muchas respuestas a tus interesantes preguntas en este punto de la entrevista.

La conciencia de situaciones de desigualdad es lo que hace útil la perspectiva feminista en la reconstrucción del pasado porque las tradicionales reconstrucciones del Pasado tienen una perspectiva androcéntrica que se nos ha vendido como universal y objetiva. Deconstruir esos falsos pasados nos devuelve la posibilidad de un futuro mucho más igualitario.

  1. Y por último, ¿qué consejo daría a los jóvenes (y no tan jóvenes) que están considerando desarrollar una carrera en Arqueología o Conservación del Patrimonio?

No soy muy partidaria de dar consejos salvo que me los pidan. Siempre tendemos a simplificar las necesidades de las personas a las que aconsejamos. En cualquier caso, esta profesión es una tarea de equipo y creo que las personas que la escojan deben de saber que ser Conservadora de Patrimonio te obliga a mantenerte actualizada a lo largo de toda tu trayectoria y a conocer no solo tu disciplina académica.  Es decir, si eres arqueóloga debes conocer historia de arte, arquitectura y antropología. También, es importante la visión jurídica de los temas y tener capacidad de entender los lenguajes de los expertos en Medio Ambiente y urbanistas. Este trabajo es apasionante y, sobre todo, te permite comprender mucho de lo que nos pasa y yo como optimista que soy creo que nos faculta para cambiar situaciones injustas.  Ánimo mucho a todas las personas que quieran incorporarse a esta tarea porque de verdad está llena de satisfacciones y sobre todo queda mucho, mucho, mucho por hacer.

Me ha encantado colaborar con Arqueotimes y aquí me tenéis para seguir leyendo vuestra revista y para colaborar en lo que necesiteis.

Entrevistada por: 

Mª Dolores Rodas Romero

Área de Comunicación

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *