Josep R. Casals es un diseñador industrial y artista digital que se dedica a la recreación histórica en 3D. Es posiblemente uno de los ilustradores históricos más reconocidos en el ámbito nacional español. Entre sus trabajos podemos destacar sus colaboraciones con National Geographic Arqueología, con English Heritage o las recientes reconstrucciones virtuales del sacrificio del Turuñuelo dentro de la exposición «Los últimos días de Tarteso» en el Museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid.
- Lo primero que tenemos que preguntarte es ¿cómo te animaste a trabajar en la ilustración digital histórica?
Antes que nada muchísimas gracias por interesaros por mi trabajo y mi forma de aproximarme a esta disciplina. Siempre he sido un amante de la historia pero no soy un profesional del sector como tantos divulgadores especializados, historiadores y arqueólogos que han cogido el camino de la reconstrucción virtual, yo vengo del sector industrial, pero mi cercanía con la arquitectura (también a nivel profesional) y mi experiencia trabajando con todo tipo de software de 3D durante mi carrera, hicieron que me interesara por ese sector que empezaba a despertar a principios de los 2.000 con algunas apuestas interesantes aunque muy poco conocidas por el gran público, y quise aplicar mis conocimientos técnicos y creativos a algo que era totalmente nuevo, sobre todo en nuestro país.
- Como diseñador y artista digital dedicado a la ilustración histórica, ¿cuál es tu proceso o flujo de trabajo para capturar la esencia y la autenticidad de los sitios y monumentos del pasado en tus reconstrucciones virtuales?
Lo esencial es contar con una buena documentación, he hecho trabajos de todo tipo pero me inclino más por el trabajo que permite una aproximación más científica, trabajando estrechamente con los expertos en cada área, ya sean los arqueólogos o investigadores que trabajan en el sitio, o los mayores expertos que, debo decir, tengo la suerte de haber tenido como directores y supervisores de mis proyectos. Me gusta visitar el sitio siempre que es posible. No siempre se puede, claro, pero es interesante intentar captar también lo que transmite el sitio, ver su topografía y las características del entorno, etc, pese a que hay que prestar atención a los grandes cambios que suelen haber sufrido los sitios a lo largo de los siglos en ese sentido.
- Has trabajado en una amplia gama de proyectos, desde la representación de ciudades antiguas hasta la reconstrucción de edificios específicos. ¿Tienes algún proyecto que te haya presentado desafíos únicos y cómo los superaste?
Las primeras grandes ciudades que reconstruí fueron auténticos retos a nivel técnico, cuando hice por ejemplo Babilonia, no tenía todavía un método de trabajo tan desarrollado, y al final las herramientas tienen sus limitaciones y hay que buscar estrategias de trabajo que permitan trabajar en algo tan grande, y así con los años desarrollé un sistema de trabajo que no he dejado de perfeccionar. Otro gran reto técnico fue cuando decidí trabajar en Unreal, obtenía grandes ventajas pero también grandes problemas para solucionar tanto temas técnicos como artísticos, porque supone un cambio radical en el workflow. Trabajar en software de tiempo real es otro mundo, y me lancé con dos proyectos en paralelo que me permitían experimentar y desarrollar un nuevo sistema de trabajo adaptado a mis nuevas necesidades. Estos eran la reconstrucción del Turuñuelo, un proyecto pionero en España como reconstrucción de un yacimiento “vivo” en constante evolución, y el de La Garriga 1716 (Barcelona), que por su carácter de población acotada a lo largo de una carretera me permitía trabajar como en un videojuego, con un espacio cerrado con vista a pie de calle. A otro nivel, suponen otro gran reto los trabajos a pequeña escala por su alta complejidad y nivel de detalle requerido, puesto que en una reconstrucción de una ciudad trabajas a un nivel más general, pero en una pieza arqueológica como las de Cancho Roano hay que trabajar de forma muy fina y precisa.
- En tu opinión, ¿cuál es el papel de la ilustración histórica y la reconstrucción virtual en la preservación y difusión del patrimonio cultural y arqueológico?
Es esencial, por la difusión al público como medio para que se valore el pasado y que haya una conciencia más extendida de que hay que proteger nuestra historia porque podemos aprender mucho de ella, pero también por el hecho de que trabajando codo con codo con investigadores contribuimos a aportar un poco de luz en aspectos que difícilmente se plantearían si no se trabaja con hipótesis reconstructivas. A menudo los yacimientos arqueológicos cambian su lectura en el momento en que se plantea en altura su configuración, yo creo que no se comprende al completo un sitio hasta que no se piensa en la parte desaparecida, porque aporta claves que hasta ese momento estaban ocultas.
- La divulgación histórica es una forma poderosa de acercar el pasado al público contemporáneo. ¿Qué te inspira a seguir trabajando en esta área y cuál consideras que es la parte más gratificante de tu labor?
Mi trabajo con expertos de todos los ámbitos permite que éstos tengan mejores herramientas para divulgar su trabajo histórico, arqueológico o científico, y en efecto, es muy gratificante ver que tiene un gran impacto en el público, tanto especializado cuando hablamos de transferencia de conocimiento entre profesionales del mismo sector, o de difusión al público general. Una de las cosas que más me inspira es ver a gente emocionada porque han visto por primera vez como era en el pasado su propio pueblo, o un edificio perdido del que habían oído hablar a sus abuelos, porque a menudo ha pervivido en la memoria viva de la gente pero nadie había podido ver o imaginar como era en su momento, y crear una imagen que puedan interiorizar, aunque solo sea una aproximación, es muy emocionante.
- Los avances en tecnología han permitido una mayor precisión y detalle en las reconstrucciones virtuales. ¿Cuál ha sido el avance tecnológico que más ha impactado tu forma de trabajar y por qué?
Sin duda el Renderizado en Tiempo Real es lo que ha causado mayor impacto en mi forma de trabajar y de enfocar el futuro inmediato. Hasta ahora había ido evolucionando en la forma de trabajar, pero paso a paso, siempre buscando mejorar detalles, hacer trabajos más extensos y complejos, etc. Pero era una evolución pausada. Trabajar con un motor de videojuego (Unreal Engine) lo ha cambiado todo, porque significa otra forma de aproximarse a la creación de mundos. Ahora es un mundo dinámico, no una maqueta que se tarda horrores en construir para finalmente poner cámaras y renderizar con tiempos de cálculo excesivamente largos. Y este mundo dinámico es ilimitado, de la misma forma que interactuamos en un videojuego, podemos hacer que este entorno virtual sea cada vez más complejo y reactivo. Como en todo hay que avanzar paso a paso y no perderse, porque la tecnología evoluciona muy rápido y hay que estar muy atento al rumbo que tomas en cada decisión, pero por cuestiones de tiempo y según los objetivos del proyecto, este sistema de trabajo no se puede aplicar a todos los casos, así que todavía estoy en un momento de transición.
- A partir de los diferentes proyectos en los que has trabajado relacionados con diferentes épocas históricas, ¿tienes alguna época o sitio en particular que te atraiga especialmente y que desees explorar más en el futuro?
He tenido la suerte de saltar mucho entre épocas en momentos tan dispares como Tarteso o la Guerra Civil Española pasando por la Edad Media o algo que me hace mucha ilusión y empiezo ahora con un gran proyecto, que es el Patrimonio Industrial del s.XX, pero debido a la gran profusión de yacimientos romanos y ciudades, y a su conocimiento más preciso, esa época es la que más llena nuestro calendario de trabajo hoy día en nuestro país. Me gustaría mucho explorar el neolítico y en general seguir profundizando en las sociedades protohistóricas, donde queda muchísimo trabajo por hacer.
- La representación del patrimonio histórico también tiene un impacto educativo significativo. ¿Qué estrategias utilizas para asegurarte de que tus reconstrucciones sean informativas y fiables desde el punto de vista histórico?
Yo trabajo siempre bajo la dirección y supervisión de expertos ya que no trabajo en mis propios proyectos de investigación, en reconstrucción Virtual siempre trabajo por encargo y lógicamente ningún proyecto está libre de toda duda porque todo evoluciona y está sujeto a nuevas interpretaciones. Nos movemos siempre en el terreno de la hipótesis y no todos los expertos están 100% de acuerdo en todo, así que puede que haya opiniones que difieran de las soluciones adoptadas en un trabajo porque la toma de decisiones es en sí misma una apuesta. A veces el “no mojarse” en un tema concreto por ser arriesgado es ya en sí misma una decisión que puede ser acertada o no, pero se busca siempre el máximo rigor histórico. Por otra parte está el aspecto didáctico, a veces quienes trabajamos en 3D nos perdemos en esa búsqueda del hiperrealismo y es un error, el realismo está bien hasta cierto punto porque sumerge al observador en un entorno que podría haber sido real, pero el hiperrealismo no es el objetivo, no estamos haciendo efectos digitales de película (ni hay presupuesto para ello), debemos buscar un punto en que esa reconstrucción sea atractiva y plausible, pero también explicativa y fácil de entender visualmente.
- En tu experiencia, ¿cómo ha cambiado la percepción del público hacia la historia y el patrimonio cultural con el uso de las representaciones virtuales y las nuevas tecnologías?
Se nota que hay una cierta demanda de experiencias digitales. En mi opinión las buenas ilustraciones e incluso las maquetas de toda la vida siguen gozando de mucha aceptación porque tienen ese toque artístico que las reconstrucciones digitales no llegan a transmitir, tienen algo más humano. Pero cada vez más el público pide las tecnologías que usan en su día a día, las nuevas generaciones ya han crecido con videojuegos y más recientemente con la Realidad Virtual y Aumentada o Extendida, y lógicamente son otras vías de comunicación para explicar la historia y el patrimonio como lo han sido las técnicas y soportes tradicionales. Si con tecnología podemos explicar mejor lo que queremos y además atraemos a un público más joven porque hablamos su mismo idioma, salimos ganando. El problema de las nuevas tecnologías es que tienen otras barreras a nivel de inversión y mantenimiento de hardware que hacen difícil su incorporación en los museos debido a la constante actualización y sus costes.
- En la actualidad, la inteligencia artificial ha revolucionado muchas industrias, incluida la del diseño y la representación visual. ¿De qué manera crees que la inteligencia artificial podría contribuir a la divulgación y representación del patrimonio histórico en el futuro?
La IA tiene dos caras, una es la de la creación fácil y directa con generadores de texto, de imagen, de audio, de video, ya no hay límites. Pero no hay que dejarse impresionar por esas herramientas que crean de la nada pero sin crear, porque un algoritmo no sabe lo que hace, no responde más que a unos prompts y a un proceso estocástico en el que el usuario solo guía, pero no controla, ni usa su creatividad. La Reconstrucción Virtual es un proceso complejo en el que intervienen muchos factores, de investigación, decisión y creación bajo unas premisas, es un proceso creativo pero al tiempo rigurosamente científico, y una IA está muy lejos de poder hacer eso. Por contra, la parte positiva es que la IA aplicada a herramientas de trabajo permite acelerar enormemente procesos que antes eran manuales, tediosos, o incluso mejora los resultados de procesos que ya estaban más o menos automatizados. Por lo tanto es seguro que en los próximos años nos dará muchas herramientas de trabajo que nos permitirán trabajar mejor y más rápido.
- A través de las redes sociales hemos podido comprobar que ya has experimentado alguna vez con herramientas de inteligencia artificial en tu trabajo como diseñador y artista digital. ¿Consideras que la IA puede mejorar o agilizar ciertos aspectos del proceso creativo en la reconstrucción virtual de sitios históricos?
Sí, hay que olvidarse de la IA como una herramienta que te va a dar el trabajo hecho sin ningún esfuerzo, pero hay múltiples aplicaciones en muchos de los procesos de trabajo en que se está empezando a vislumbrar su potencial. Quizás le falta un tiempo todavía, pero ya puede ser de ayuda en el trabajo de creación de texturas y algunos otros procesos que de hecho, ya estaban asistidos por IA desde hace tiempo y actualmente están mejorando mucho, como la creación de UV’s de forma automática, la retopología, etc. Así que vamos a ir viendo como muchos procesos se agilizan o automatizan y cada vez serán más perfectos, pero más en el plano técnico que el artístico, pienso yo.
- La realidad virtual y aumentada son tecnologías que están ganando popularidad en la divulgación histórica. ¿Cómo ves el papel de la inteligencia artificial en la mejora de estas experiencias inmersivas para el público?
La IA tiene aplicación en todos los ámbitos, y probablemente también la tendrá en las experiencias inmersivas, mejorando aspectos de la propia interactividad que permitan experiencias más reales, dando un paso más allá de lo que llamamos gamificación, que en realidad, actualmente se limita a una extensión de la información que nos ofrece la propia visión y algunas interactividades limitadas a modo de videojuego. Pero podríamos imaginar perfectamente en el futuro una interacción más profunda, por ejemplo con personajes que reaccionen a nuestras preguntas de forma aparentemente inteligente, etc.
- A medida que la IA se vuelve más avanzada, surge la preocupación de que pueda utilizarse para generar contenidos falsos o manipulados, incluso en el ámbito histórico. ¿Qué medidas crees que se deben tomar para garantizar la integridad y autenticidad de las representaciones virtuales del patrimonio histórico?
Es un tema complejo, estamos viendo siempre como la tecnología va por delante del derecho, de la protección del usuario y de la propia ética. La IA lleva años de desarrollo pero ha eclosionado fuertemente hace poco, dando lugar a una guerra comercial que es en definitiva la madre de todos los problemas. Sean cuales sean los entretenimientos que pongan en manos de los usuarios y los beneficios que a largo plazo pueda traer a la industria el desarrollo de la tecnología, no debemos olvidar que al final es una pugna entre grandes compañías por ser la más poderosa. Hemos visto como Nvidia se conviertía en un gigante, y sus motivaciones van más allá de hacernos felices a los usuarios de sus tarjetas gráficas. Me permito ser un poco sarcástico porque debajo de todo esto hay una gran guerra comercial y tecnológica que si en un momento dado tiene un mejor campo de juegos donde enfocarse, dejará de lado a los usuarios que esperamos desarrollar una profesión con sus herramientas tecnológicas. Volviendo al tema, no veo una respuesta aplicable para garantizar que las herramientas basadas en IA se usen correctamente para evitar el fraude o la falsedad en el campo del patrimonio. No hay ningún organismo que pueda prohibir o limitar su uso para determinadas aplicaciones si no se infringe ninguna ley, porque es una cuestión ética, más allá de los conocidos debates sobre derechos de autor sobre las imágenes con las que se entrenan las IA, que es otro tema.
- En tu experiencia, ¿has visto algún ejemplo de inteligencia artificial utilizada para la conservación y protección del patrimonio histórico? ¿Cómo crees que estas tecnologías pueden contribuir a la preservación de sitios arqueológicos y culturales?
Por el momento no he visto nada en el aspecto de la creación de reconstrucciones virtuales o imágenes que sirvan para ayudar a difundir la cultura y el patrimonio sin caer en la falsedad y la perpetuación de mitos o una imagen distorsionada por el cine. En cambio estoy seguro que se están creando ya herramientas que sí serán aplicables a la conservación de sitios arqueológicos y piezas desde el punto de vista técnico. Debemos pensar en la IA como una gran herramienta para analizar, categorizar, ordenar, clasificar y ayudar a la toma de decisiones, más que como una cosa para crear imágenes bonitas.
- A medida que la IA avanza, algunas personas temen que las representaciones virtuales puedan reemplazar o desvalorizar la visita física a los sitios históricos. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Cómo equilibrarías la experiencia digital y la experiencia en el lugar físico?
Más que desvalorizar yo creo que hacen lo contrario, vemos cosas maravillosas todos los días en las redes y queremos ir allí, y quizás la tecnología nos ayude a preservarlos si ofrecemos visitas suficientemente reales. Vivimos en un mundo globalizado en el que hay una movilidad tremenda de personas, solo hay que ver las limitaciones que hay que aplicar a sitios como Machu Picchu porque la cantidad de visitantes anuales pueden acabar con un yacimiento arqueológico. El debate ético es evidente, solemos pensar que hay demasiados turistas en todas partes, pero todos somos turistas cuando vamos a cualquier lugar. La experiencia digital ofrece la posibilidad de visitar un sitio a quien no tendría recursos para visitarlo, por la razón que sea, y eso es un beneficio para la difusión de la cultura e igualmente una fuente de recursos económicos. Viajar virtualmente? Ya es posible, con las limitaciones de la tecnología actual, pero mejorará a pasos de gigante. Soy un firme defensor de la visita física a los sitios, claro, nada como sentir la brisa y el aroma de la vegetación local o impregnarse de lo que transmiten las piedras que fueron talladas por alguien hace 2.000 años, pero, y si en un futuro la tecnología llega a permitir experiencias tan inmersivas que se acaban pareciendo a la realidad? ¿Permitiría eso preservar los sitios reduciendo a una mínima parte las visitas? Puede que eso sea lo que los salve, porque en mi opinión, dicho de forma muy simple, somos demasiada gente en el mundo y todos tenemos derecho a la cultura y a viajar, nadie puede decidir quién es apto y quién no, ni se pueden poner precios y limitaciones abusivas para limitar el número de visitantes, porque resultará ser clasista lo mires como lo mires.
- Para ir acabando, ¿cómo te imaginas el futuro de la representación del patrimonio histórico con el avance continuo de la inteligencia artificial? ¿Crees que esta tecnología abrirá nuevas posibilidades creativas y educativas para la divulgación histórica?
Pues creo que el futuro estará menos dominado por el artificio de la creación sin sentido que estamos viendo actualmente, al menos espero que pase un poco la moda y que las aplicaciones sean más prácticas y bien enfocadas. Hay un auténtico problema actualmente con la proliferación sin control de imágenes creadas con IA, sin etiquetar obviamente, que llenan las redes y que pueden empezar a retroalimentar el propio entrenamiento de nuevas IA con imágenes creadas por otras IA’s (más viejas y también por tanto, peores), dando lugar a una especie de corrupción de los bancos de imágenes. Así que el reto ahora mismo está en el campo de la educación, donde hay que dar herramientas válidas a los estudiantes para que no caigan en el uso indiscriminado de imágenes sin control o creen las suyas propias sin rigor. Pero es obvio que las posibilidades creativas a nivel educativo que se abren con la tecnología son ahora mismo inimaginables, solo con el tiempo veremos lo que somos capaces de hacer en positivo.
- Y por último, ¿tienes algún consejo o mensaje para los jóvenes interesados en seguir una carrera en el diseño y la representación del patrimonio histórico?
No me voy a poner filosófico. A los jóvenes que quieran empezar hay que decirles, primero de todo, que se formen sin parar y que asuman que el cambio tecnológico es vertiginoso, que viviremos cada vez más en la incertidumbre y cambiando de rumbo constantemente. Quizás aquí ya estoy hablando de un salto generacional importante, pero puedo decir que en las tecnologías alrededor del 3D, he visto cambios más importantes en 5 años que en los anteriores 25. Sabemos que el desarrollo tecnológico es exponencial, según la Ley de Moore y la Ley de rendimiento acelerado de Kurzweil, pero el ritmo de la novedad que hay que asumir e incorporar está llegando a un ritmo que supera los ritmos propios del trabajo entre equipos de personas, instituciones, empresas, etc. He trabajado en proyectos con ritmos que no son los propios de la industria, en los que pueden haber pasado 4 versiones de Unreal Engine del inicio al fin, con todos sus cambios, mejoras e incertidumbres por el desarrollo de una tecnología que siempre parece estar en estado experimental. Capacidad de adaptación y entenderse con la tecnología son las claves del futuro, en todas las profesiones de hecho, pero especialmente en nuestro campo donde, no solo estamos a merced de los giros que da la industria, sinó que hay que contar con que esos giros obedecerán más a intereses macroeconómicos que al rumbo del mercado que en teoría marcarían los intereses de los usuarios. Pero les animo a emprender en esta profesión porque si el presente, en el plano de la tecnología aplicada al patrimonio, es apasionante, vienen años y décadas en que veremos cosas que no podemos ni imaginar en ese momento.
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