
El pasado 17 de octubre de 2024, Antonis Bartsiokas publicaba un artículo en el que afirmaba identificar la túnica sagrada que Alejandro de Macedonia empleó cuando adoptó la forma de vestir de los persas (Plutarco, 1986), entre los ajuares funerarios de la Tumba II de Vergina.
Pocas figuras en la historia han marcado tanto como Alejandro Magno. Aquel joven de apenas veinte años que se lanzó a la conquista del Imperio Persa debía mucho a su padre, Filipo de Macedonia, asesinado delante de su hijo en el teatro de Egas y, según Manolis Andronikos, enterrado en la Tumba II del Túmulo de Vergina (Agudo, 2024).
La aparición de su túnica sagrada en el contexto de las Tumbas de Vergina es, solamente, uno de los tantos descubrimientos en este túmulo que se han relacionado con la figura del conquistador macedonio y han dado pie al debate en el que el profesor Bartsiokas ha participado con la publicación del artículo arriba mencionado. Es precisamente, este túmulo, el que pretende ser analizado en este trabajo. El objetivo es describir las tumbas de Vergina, comentar los principales descubrimientos y las aportaciones más interesantes sobre este Túmulo para así poner en su contexto la última publicación de Bartsiokas, otra vez sobre las Tumbas de Vergina.
Las Tumbas de Vergina
Los primeros hallazgos se realizaron en 1977 y se descubrieron cuatro tumbas:
- Tumba I: O Tumba de Perséfone, por el fresco que la decora, una tumba en cista
- Tumba II: Una tumba monumental, acompañada por un heroon y a la que se accedió el 8 de noviembre de 1977
- Tumba III: Denominada también Tumba del Príncipe
- Tumba IV

Las que nos interesa a nosotros es la Tumba II, la cual, según Andronikos, contenía los restos de Filipo II de Macedonia. La Tumba II tiene una fachada de 10 metros de ancho y cinco y medio de alto, dos pilastras que cierran la parte exterior de la fachada y dos columnas estriadas de orden dórico (Agudo, 2024). Lo más destacable es el fresco de la fachada, una escena de caza en la que aparecen siete hombres a pie, de ellos, cuatro portan lanzas, el del extremo derecho porta clámide y kausia, gorro típico de los macedonios, mientras el resto van desnudos, el segundo por la derecha se cubre también con una kausia. Otros tres van montados a caballo.

El interior de la Tumba II es abovedado por completo, compuesto por una antecámara de 4’46 metros de ancho por 3’36 de profundidad, con una cámara principal de 4’46 metros de lado. Frente a la puerta de mármol que daba a la cámara principal, depositados en el suelo se encontraron un gorytos o carcaj en oro con 74 flechas; en el lado sur de la antecámara, al lado del objeto arriba descrito, se halló un sarcófago con un larnax en su interior adornado con la estrella argéada y que contenía una diadema de oro, un manto púrpura y dorado y, bajo este, los restos óseos supervivientes a la cremación. En la cámara principal, que Andronikos sostuvo que había sido finalizada con urgencia, encontramos otro sarcófago, con un larnax en su interior mucho más decorado, encontraron una corona de hojas de roble y bellota de oro, con un manto púrpura junto a más restos óseos (Agudo, 2024).
El debate académico
La aparente rapidez con la que se acabó la Tumba II, la riqueza del ajuar, así como la relación entre cultura homérica y cultura macedonia llevaron a Andronikos a identificar la Tumba II como el lugar de descanso de Filipo II y de su esposa, Cleopatra Eurídice.
Las primeras críticas llegaron en el mismo año de la publicación del descubrimiento, pero no es hasta 1978 cuando encontramos la primera teoría alternativa. Zachos proponía que los restos enterrados en la Tumba II correspondían a Filipo III (medio hermano de Alejandro Magno y su sucesor) y Adea-Eurídice (Agudo, 2024).
Tras la muerte de Alejandro Magno en Babilonia en 323 y el consecuente conflicto que derivó en los Pactos de Babilonia, se acordó que Filipo III, hijo de Filipo II con la tesalia Filina (Antela-Bernárdez, 2021) y hermanastro mayor de Alejandro, fue elegido rey hasta que Roxana (esposa de Alejandro) diera a luz, en cuyo caso, si era varón, se llevaría a cabo una monarquía conjunta entre ambos reyes. (Anson, 2014; Bennet y Roberts, 2008).
Arrideo (Filipo III) fue asesinado por Olimpía de Epiro (madre de Alejandro) en 316 a. C, en el transcurso de la Segunda Guerra de los Diádocos (319 – 315 a. C) (Diodoro, 2015) a la edad de 40 años (Molina, 2007).
Según la tesis esgrimida por autores como Eugene Borza y Olga Palagia (entre otros), la Tumba I sería el lugar de enterramiento de Filipo II, su esposa Cleopatra y la hija de ambos: Europa (Borza y Palagia, 2007). Según estos dos autores, el ajuar funerario de la antecámara de la Tumba II, que corresponde al carcaj, las flechas; además de un pectoral, todo ello acompañado de los huesos de una mujer – nótese que en la Tumba II faltan los restos óseos de un menor, lo cual podría desmantelar la teoría de que la Tumba II era la de Filipo II. La relación inmediata entre guerrera y dinastía Argéada dieron pie a pensar en Adea, hija de Cinane y nieta de Filipo II (Molina, 2007).
Adea se habría casado con Filipo III Arrideo, por lo que tendríamos ya la ecuación: si Adea está enterrada en la antecámara, Arrideo es el que está enterrado en la Tumba II.
Borza y Palagia suman a su lista de argumentos la construcción en bóveda de las Tumba II, situándose en la línea de Thomas Boyd, de que este tipo de construcciones solo se introdujeron en Macedonia tras la conquista de Alejandro (Borza y Palagia, 2007) sin embargo, Antonio Ignacio Molina Marin, en un artículo publicado en el mismo año 2007 recuperó el argumento esgrimido por Hammond en el que este tipo de enterramientos no eran nada nuevo cuando Alejandro conquistó el Imperio Persa, por lo que este argumento cabría eliminarlo (A favor de que las bóvedas se incorporaron después de la campaña de Alejandro: Borza y Palagia, 2007; en contra: Molina, 2007).
Es aquí donde debemos introducir las conclusiones del último trabajo del profesor Bartsiokas. Antonis Bartsiokas es un acérrimo defensor de que la Tumba II es el lugar de enterramiento de Arrideo y Adea, mientras que la Tumba I pertenecería a Filipo II, Cleopatra y Europa. En 2015, Juan Luis Arsuaga colaboró con Bartsiokas en un artículo forense analizando los huesos de la Tumba I (Bartsiokas, Arsuaga et al., 2015); pero en su artículo de octubre, Bartsiokas, analiza los textiles encontrados en el interior del larnax de la cámara de la Tumba II. Según Bartsiokas, estos textiles no eran otra cosa que el sarapis o túnica persa que Alejandro comenzó a emplear al llegar a Partia-Hircania (Bartsiokas, 2024).
Conclusiones
El hallazgo del sarapis de Alejandro en la Tumba II, según Bartsiokas, daría como resultado que en efecto, Filipo Arrideo estaría enterrado allí. Bartsiokas relaciona en su artículo la posesión del sarapis de Arrideo con otros elementos de la parafernalia de Alejandro Magno tales como el escudo que de Aquiles y Pentesilea, las coronas de hojas de roble – que Bartsiokas alinea con Alejandro y no con Filipo –, y demás elementos del ajuar (Bartsiokas, 2024).
El debate, por tanto, está lejos de terminar, y caben aún muchas hipótesis, sobre todo ahora que comienza a vislumbrarse la teoría de que en Macedonia la cultura cortesana persa no parecía ser tan exótica como aparentaba ser en su día (Molina, 2007). Por tanto, solo nos queda esperar para vislumbrar que nuevos restos y análisis puede deparar estas fascinantes tumbas, que de una u otra forma, son un hito en la historia de la arqueología del siglo XX.
Bibliografia
Agudo, M. (2024). Filipo de Macedonia. Desperta Ferro Ediciones.
Anson, E. (2014). Alexander’s Heirs: The Age of the Successors. John Wiley and Sons.
Antela-Bernárdez, B. (2021): Filipo y Tesalia. En Antela-Bernández, B. y Mendoza, M. (eds.): Filipo II de Macedonia (53 – 63). UAM Ediciones y Editorial Universidad de Sevilla.
Bartsiokas, A. (2024). The Identification of the Sacred “Chiton” ( Sarapis ) of Pharaoh Alexander the Great in Tomb II at Vergina, Macedonia, Greece. Journal of Field Archaeology, 1-13.
Bartsiokas, A., Arsuaga, J. L., Santos, E., Algaba, M., & Gómez-Olivencia, A. (2015). The lameness of King Philip II and Royal Tomb I at Vergina, Macedonia. Proceedings of the National Academy of Sciences, 112 (32), 9844-9848.
Bennet, B. y Roberts, M. (2008): The Wars of Alexander’s Successors. 321 – 281 BC. Volume I: Commanders and Campaigns. Pen and Sword Military.
Borza, E. y Palagia, O. (2007). The cronology of the Macedonian Royal Tombs at Vergina. Jb Deutschen Archaol. Inst. (122): 81 – 126.
Diodoro de Sicilia. (2014)., Biblioteca Histórica. Libros XVIII – XX, J. P. Sánchez (trad,). Gredos.
Gómez, F. (2016). En busca de Alejandro: historia de una obsesión. Universidad de Alcalá.
Hartzopoulos, M. V. (2020). Ancient Macedonia. De Gruyter.
Molina Marín, A. I. (2007). La tumba de Vergina: ¿Filipo II o Filipo III?. Panta Rei, (2): 77 – 92.Plutarco. (1986). Alejandro Magno, A. Guzmán Guerra (trad.), Akal.